Venezuela. (EFE)
Venezuela. (EFE)

En estos últimos días, hemos visto un capítulo más de la tragedia que viven nuestros hermanos venezolanos debido al nefasto y errático régimen chavista, que asfixia cada vez más a sus ciudadanos.

El problema dejó de ser solo político y de legitimidad del gobernante, convertido en la práctica en un dictadorzuelo. La crisis humanitaria está desbordada y el hambre y las enfermedades amenazan con mayor fuerza. Un video que circuló en Internet, que al parecer es ya de hace algún tiempo pero que no deja de tener vigencia para el análisis, nos muestra a militares venezolanos rebuscando entre la basura un poco de comida.

Es decir, ahora ya todos sienten hambre y sufren los mismos estragos de la escasez y la hiperinflación. Los enemigos políticos, los suyos, pero en especial los más pobres del país, quienes vienen arriesgando sus vidas para huir en balsas a las islas más cercanas. El problema, además, se está volviendo regional. Según fuentes de Torre Tagle, la diáspora la viven Colombia, Brasil, Panamá, Chile y Perú, en donde decenas de venezolanos hacen cola a diario para pedir refugio.

Venezuela cerró 2017 con más de 2,600% de inflación, según estimados de la Comisión de Finanzas del Parlamento, cifra que licúa en días el valor del salario. Algo parecido al desastre económico del último tramo del primer gobierno de Alan García que sufrimos los peruanos.

Y como en cualquier escenario que combina autoritarismo con crisis económica, Maduro recurre a herramientas efectistas que le echan más leña al fuego: constantes aumentos del salario y control del mercado (ordenó hace unos días a los supermercados regresar los precios de sus productos al mismo valor que tenían el mes anterior). Lejos de aceptar ayuda humanitaria de otros países, Maduro se encapsula, se pone la venda y responde con la clásica frase: “Como no pueden intervenir, inventan una crisis humanitaria”.

En este contexto de crisis, vale resaltar el esfuerzo del ex canciller Ricardo Luna por promover, desde el Perú, una solución a la difícil situación venezolana, fomentando la creación del Grupo de Lima, hecho que ha merecido que el diputado Julio Borges le envíe ayer una carta de agradecimiento. Una lástima que la oposición llanera se haya fracturado, generando que cualquier iniciativa de recuperación de la democracia caiga en saco roto.