"Este es un momento para estar unidos", escribió Keiko Fujimori.
"Este es un momento para estar unidos", escribió Keiko Fujimori.

La pelea entre Kenji y Keiko Fujimori promete tener más capítulos. Ayer se conoció que el menor de los Fujimori declarará el 6 de abril ante la Fiscalía sobre los aportes que Odebrecht abonó a la campaña presidencial de su hermana en 2011 y sobre la procedencia de otros recursos que ingresaron a las arcas de Fuerza Popular en época electoral. De esta manera, se crea el escenario que Kenji ya había anticipado: disparar a diestra y siniestra contra su anterior agrupación.

Kenji actúa con la sangre en el ojo. Aunque aseguró que él no intentaba comprar el voto del congresista Moíses Mamani como lo muestran los videos, lo que nos quedó claro a todos es que eso era, precisamente, lo que buscaba hacer. El domingo pasado se pronunció y nuevamente culpó a su hermana y a su bloque de haber “editado maliciosamente” los referidos videos para hacerlo aparecer a él ofreciendo prebendas a Mamani para que vote contra la vacancia del renunciante presidente Pedro Pablo Kuczynski. Pero no solo se quedó ahí. Acusó a los congresistas naranjas de usar la Comisión de Presupuesto para repartirse obras por S/5 millones “a cada parlamentario”. Temeraria denuncia que además no tendría sustento pues es el MEF el que finalmente dispone la ejecución presupuestal.

El aprista Mauricio Mulder dijo ayer que lo que pretende hacer Kenji es “enlodar” a todos para hacer olvidar el proceso que se le seguirá. Y no deja de tener razón en su apreciación. “Demostraré quiénes son los corruptos”, garantizó Fujimori, pero eso no evitará que él deba responder ante la justicia por los actos en los que está involucrado.

Pero así como queda clara la maniobra de Kenji, queda claro también que desde Fuerza Popular se preparó esta trampa. Keiko no perdona a Kenji haber provocado el alejamiento de más de diez congresistas que le hicieron perder la mayoría absoluta en el Legislativo y fracasar en su primer intento de vacancia del entonces presidente Kuczynski. Eso significó para ella ver afectada su autoridad ante el país, una autoridad que aparentaba ser firme e incuestionable. Pero Kenji logró socavarla. No es una lucha contra la corrupción, sino por el poder, ha dicho el parlamentario. Eso es evidente. Ello no hace legítima una repartija de obras a cambio de votos al estilo montesinista.