(Luis Centurión)
(Luis Centurión)

La manera del gobierno para salir de la tormenta posindulto fue anunciar un gabinete de reconciliación, que está más difícil de constituir que el primer equipo de PPK.

Y es que el problema es desentrañar qué ha querido decir el Ejecutivo con un gabinete de reconciliación, qué contenido le da a esa palabra. ¿Pretende con ello volver a un estado de unidad entre los peruanos o que los peruanos perdonen al mandatario por haber presuntamente canjeado la libertad de Fujimori por su permanencia en el poder?

Esta segunda interpretación es la que percibe la oposición y por ello su renuencia a formar parte del nuevo equipo de Aráoz. Entonces, ¿qué gabinete de la reconciliación espera conformar el gobierno si los partidos con representación en el Congreso no desean integrarlo?

Por ello, también, en lugar de ganar adhesiones, el gobierno viene perdiendo a más gente de su confianza. Carlos Basombrío fue el primero en irse, dejando a salvo su bien ganada imagen. Le siguió Salvador del Solar y ahora Jorge Nieto hizo lo propio al alejarse de Defensa. Nieto era, además, junto con Basombrío, uno de los pocos cuadros con perfil político que tenía PPK en el Consejo de Ministros.

Desde el gobierno han defendido un discurso de “sanar heridas” y superar el pasado, pero ni siquiera se acercaron a los familiares de las víctimas que dejó el enfrentamiento entre el Estado y los terroristas durante el régimen fujimorista. ¿Eso es reconciliación?

Los días pasan y aún es un misterio el nombre de los nuevos miembros que conformarán el gabinete. El vocero de PpK, Gilbert Violeta, descartó que esta semana se haga el anuncio, como lo había anticipado Aráoz. Ello refleja quizás que no tienen aún a las personas con las que quieren proyectar la imagen de “reconciliación”.

Perú21 hizo un sondeo con los principales voceros de los bloques parlamentarios y la respuesta fue categórica. No formarán parte del gabinete.

¿Qué le queda entonces a PPK? ¿Recurrir a independientes, a filofujimoristas o filoapristas y políticos desterrados? Veremos, en ese caso, si el verdadero objetivo queda al descubierto. No era la reconciliación lo que se buscaba, sino el olvido de esta jugada política que le permita al presidente continuar con oxígeno hasta 2021.

El tiempo no es el mejor aliado del presidente en este momento. Debe hacer cambios que trasciendan y que no sean solo para salir del paso.