En los resultados del sondeo Pulso Perú de Datum que publicamos hoy, vemos que la popularidad del presidente Martín Vizcarra se mantiene prácticamente estable, pues la diminuta caída de 55% a 54% está dentro del margen de error. Sin embargo, aún es pronto para decir si el 55% fue su techo pues ni siquiera han transcurrido dos meses desde que Vizcarra asumió el poder. Evidentemente, todo dependerá de la rapidez con que el Gobierno empiece a meter goles. Hay millones de peruanos que están a la expectativa.
El norte, por ejemplo, es la zona que aguarda la realización de obras de manera urgente y cualquier demora se hará sentir en la aprobación. Nuestros compatriotas de Piura, Chiclayo y Trujillo vienen escuchando promesas de reconstrucción desde hace más de un año. De hecho, la desesperación se observa ya en este estudio, pues la aprobación de Vizcarra ha descendido de 65% a 57%. Su reacción, en este sentido, es entendible, porque por más que el jefe de Estado haya garantizado que recuperar las áreas afectadas por El Niño costero es una de sus prioridades, mientras no se vea algo concreto, los norteños seguirán reclamando atención.
Donde también se ha visto un descenso es en la zona centro. La aprobación del presidente cayó de 54% a 49%, y su desaprobación creció de 25% a 33%. Entre las principales causas de falta de apoyo, de acuerdo a la encuesta, está en que un 20% no advierte ninguna mejora y un 11% asegura que la gestión de Vizcarra es la continuidad de la fracasada administración de PPK.
Por el contrario, donde se ven números en azul es en el sur, en donde se ubica la natal región del jefe de Estado. Ahí, el apoyo a Vizcarra creció de 46% a 54%. En el oriente, el respaldo pasó de 62% a 71%. Precisamente, han sido a estas dos últimas zonas a las que el presidente ha viajado recientemente para realizar actividades. La relación puede explicarse cuando se le pregunta a los encuestados por qué aprueban la gestión presidencial. El 10% señala que lo hace por sus constantes viajes al interior.
Pero quien debería preocuparse más es el primer ministro César Villanueva, a quien solo el 31% lo aprueba, mientras que un 32% lo desaprueba. Tener a un jefe de gabinete con popularidad alta también ayudaría al Gobierno a tener la confianza del país. El mandatario ha señalado que en seis meses se verán los primeros resultados de su plan de gobierno en los rubros de educación y salud. Si lo hace, creemos que robustecería su sintonía con la población.