"El Perú se levantó en estos 30 años y por eso es tan importante darle al papa la bienvenida, para que nos renueve la fe", dijo PPK. (Foto: Geraldo Caso)
"El Perú se levantó en estos 30 años y por eso es tan importante darle al papa la bienvenida, para que nos renueve la fe", dijo PPK. (Foto: Geraldo Caso)

Hoy llega a su fin la festividad religiosa que, durante tres días, sumió al país en un clima de espiritualidad y reflexión. La visita del papa Francisco ha servido para confortar “en estas tierras con sabor a Evangelio” a los desposeídos y excluidos, para impartir un mensaje de renovación de fe y esperanza, y comprometer a autoridades y políticos con la defensa de la Amazonía, la lucha contra la esclavitud, el abuso sexual y la minería ilegal; contra la corrupción y el crimen organizado.

Sea en Puerto Maldonado o en Trujillo, u hoy en la base aérea Las Palmas, la presencia del presidente Pedro Pablo Kuczynski –acompañado de su esposa, Nancy Lange– en cada actividad del Sumo Pontífice ha reforzado ante el mundo la imagen del Perú como un país con un arraigado sentimiento católico. Según un último sondeo de Datum, el 76.1% de peruanos se declara católico.

Han sido tres días con el país en #ModoPapa y el jefe de Estado no ha sido la excepción. Mañana, sin embargo, el cariñosamente llamado papa Panchito no estará más en nuestras tierras y el diálogo del gobierno con las fuerzas políticas (reticentes a este nuevo llamado), el frustrado pedido de facultades, los interrogatorios de la comisión Lava Jato y la bronca entre keikistas y kenjistas volverán a acaparar la atención mediática.

El presidente Kuczynski, por su parte, deberá confrontar nuevamente las críticas por el indulto a Alberto Fujimori y su tufillo de negociado a cambio de la no vacancia, además de la investigación fiscal por su vínculo con el consorcio brasileño Odebrecht a través de Westfield Capital. Todo eso con una aprobación ciudadana de solo 20% frente a un 75% de desaprobación, de acuerdo al mismo estudio de Datum.

Asimismo, será oportunidad para ver en la cancha a los nuevos ocho ministros de Estado del autodenominado “gabinete de la reconciliación”, a quienes hasta ahora, salvo actividades protocolares en el marco de la visita del Papa, no se ha visto mayormente en acción.

PPK, entonces, tiene el reto de gobernar y ejecutar, no solo invocar, esa “revolución social” que plantea como un objetivo de gobierno. El “empujón hacia la paz y el diálogo” que requiere el gobierno no depende del papa Francisco, sino de la capacidad de acción de Kuczynski. Esa es su responsabilidad…

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