Moíses Mamani. (GeraldoCaso/Perú21)
Moíses Mamani. (GeraldoCaso/Perú21)

Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla, reza un conocido refrán. Quizá por eso la apuesta del congresista de Fuerza Popular Moíses Mamani, en los últimos días, fue guardar silencio cuando, con toda razón, los medios de comunicación, el Ministerio Público y la Procuraduría le pedían más detalles e información sobre los llamados ‘kenjivideos’.

Desde el pasado 20 de marzo, cuando, acompañado del vocero de su bloque, Daniel Salaverry, denunció las negociaciones que los congresistas Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel realizaban para captar votos en contra de la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski a cambio de obras y otras dádivas para sus regiones, Mamani se negó a revelar todos, absolutamente todos los detalles de su supuesta gesta.

Acusó ser víctima de una presunta persecución política, sostuvo que fue él quien “destapó” la corrupción y ofreció entregar todos los videos a las autoridades. Lo cierto es que la Procuraduría Anticorrupción tuvo que denunciarlo ante el Ministerio Público, por encubrimiento personal, para que Mamani y su bloque –que pareciera seguir midiendo la transparencia en función a sus particulares intereses– cumplieran ayer con el ofrecimiento.

El parlamentario y sus patrocinadores políticos saben que no basta con entregar los videos sin editar que grabó de los autodenominados ‘Avengers’, Alberto Borea, un ex funcionario de Sucamec y PPK, si es cierto, como dicen, que lo filmó. También tendrá que explicar, en el curso de las indagaciones, quién o quiénes le ordenaron realizar estas grabaciones, le entregaron los equipos para hacerlo y con qué propósito.

El país tiene derecho a saber si lo que vio en sus pantallas de televisión, y trajo a su memoria los tristemente célebres ‘vladivideos’, es el fiel reflejo de lo que realmente ocurrió o el producto de una edición hecha a la medida y a gusto del cliente. Porque para la ciudadanía ya no es suficiente ver los avances, quiere ver la película completa, en versión original y en primera fila.