El tema de hoy: Nadie tiene corona

El presidente Pedro Pablo Kuczynski ha optado por el silencio respecto a la decisión de la comisión Lava Jato de citar a su esposa Nancy Lange por su antigua participación societaria en Latin America Enterprise Capital Corporation, una empresa relacionada a Gerardo Sepúlveda, el otrora socio también del mandatario peruano, cuya firma First Capital Partners asesoró al consorcio brasileño Odebrecht y habría recibido de este US$380 mil.

Quienes sí han salido “con todo” a responder son los parlamentarios y ministros de Peruanos por el Kambio, para quienes la convocatoria es un “abuso”, una “canallada” y hasta una “agresión a la familia presidencial”.

Represalia también le han dicho quienes ven en la medida una respuesta del fujimorismo a la terca negativa del jefe de Estado a recibir a los integrantes del grupo.Lo cierto es que no importa cuánto proteste el oficialismo, Nancy Lange no es inmune a una investigación como sí lo es su esposo, quien goza de protección constitucional.

El momento en que se aprueba esta citación puede no ser el más oportuno; solo agudiza la tensión entre Ejecutivo y Congreso. No obstante, sí hay aspectos que la esposa del mandatario tendría que explicar; decir lo mismo que Carlos Bruce, Juan Sheput, Gino Costa, etc., pero sin tanto aspaviento.

En el oficialismo, el tema tendría que verse como una oportunidad antes que como una “bajeza”. Además, no sería la primera vez que la esposa de un jefe de Estado responde ante el Parlamento. Lo hizo antes Nadine Heredia, en 2015, para responder sobre Martín Belaunde.

No oponer tanta resistencia a la presentación de la primera dama diría mucho del pregonado compromiso de este gobierno con la lucha contra la corrupción. Mejor aún sería si PPK hiciera lo propio.

En febrero, siendo vocero de la bancada, Carlos Bruce apuntó que “nadie tiene corona, ningún presidente ni ningún ex presidente”. Fue en respuesta al pedido de Alan García para que los ex ministros de Toledo sean incluidos en las indagaciones por el pago de coimas de Odebrecht.

Pero los tiempos cambian… y no siempre para mejor.