(Getty)
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Ayer, un jugador de fútbol logró que todo el Perú estallara de alegría. Nuestro capitán Paolo Guerrero, que había quedado inhabilitado para jugar el Mundial de Rusia por una injusta e incomprensible decisión del TAS, recibió la noticia de que el Tribunal Federal Suizo (TFS) había suspendido la sanción de 14 meses que se le había impuesto. Un anuncio increíble y a la vez un premio a los inquebrantables intentos del delantero por anotar el mejor gol de su carrera: el que lo ponía dentro de la Copa del Mundo para defender los colores de su país.

“Yo los invito a seguir unidos y a entender que más allá de cualquier diferente opinión, los peruanos unidos podemos lograr cualquier cosa que parezca imposible”, fue uno de los mensajes que compartió Guerrero con sus compatriotas, apenas se enteró del veredicto del TFS. Las palabras de nuestro goleador no solo hacían alusión a un partido de fútbol, sino a las metas que como país, y con el compromiso de todos, podemos alcanzar.
Por eso el presidente de la República, Martín Vizcarra, hizo hincapié en que este desenlace se concretó con la intervención de todos. “Todos hemos contribuido, esa fuerza que hemos dado todos los peruanos ha ayudado, y cada uno, desde todos los rincones del país, ha colaborado en este resultado satisfactorio”, señaló el presidente. El titular del Parlamento, Luis Galarreta, también expresó que este “es un gran triunfo para el pueblo peruano”. ¿Y por qué no verlo así?

No es que, de pronto, el fútbol sea más importante que los problemas que debemos resolver. Pateando un balón no revertiremos la desaceleración de la economía, ni tampoco atraeremos más inversión, ni tendremos una sociedad más justa. Pero es imposible no conmoverse con la decisión y determinación con la que nuestros futbolistas lucharon para llegar al Mundial. Con la pasión, fe y garra con la que Paolo luchó contra la adversidad. Con actitud se pueden concretar muchos objetivos y eso es lo que debemos imitar de nuestros seleccionados.

“Yo me uno a mi selección y junto a mis compañeros me comprometo a dar el mayor de mis esfuerzos para darle nuevas y mayores alegrías a mi país. Ya no hay límites. Ya no hay sueños imposibles, porque está demostrado que cuando los peruanos nos unimos, todo es posible”, manifestó Paolo en una lección para todos los peruanos de que para ganar hay que ser tenaz y arriesgar.