(CesarCampos/Perú21)|
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Apenas juró al cargo, el 26 de julio de 2017, el presidente del Congreso, Luis Galarreta, destacó que el país atravesaba “uno de sus mejores momentos en democracia” gracias a un “verdadero equilibrio de poderes”. Se comprometió también a “facilitar” que los legisladores “tengan las propuestas en los plazos establecidos” y a hacer de la agenda legislativa un instrumento de prioridades y predictibilidad.

Pero el Galarreta de hoy no es el mismo de hace siete meses, y no hay ni predictibilidad en el debate legislativo ni el estudio acucioso y prolijo de las normas que el Congreso sanciona. Por el contrario, según denuncia el oficialismo, las iniciativas son sacadas debajo de la manga a última hora, saltándose a la garrocha su análisis previo en comisiones y a gusto de la bancada mayoritaria a la que parece haberse sumado con inusitado entusiasmo un sector del Apra y, en algunos casos, hasta los bloques de izquierda.

Eso ocurrió con el controvertido proyecto de Mauricio Mulder, que impide la publicidad estatal en los medios de comunicación privados; y también con la iniciativa que cambia los mecanismos de moción de censura y de cuestión de confianza que, en la práctica, pone en jaque el sistema de equilibrio de poderes y ata de manos al Ejecutivo limitando, por ejemplo, su facultad de disolver el Congreso.

Ayer ocurrió lo mismo con la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable. Pese a los cuestionamientos de diversos sectores al “semáforo nutricional”, la norma fue exonerada de segunda votación. Lo paradójico es que, en este último caso, participó también el bloque oficialista, lo que le resta autoridad para criticar, a posteriori, la aplicación de este mecanismo que ya se ha vuelto costumbre y que ha convertido al Congreso en una suerte de máquina legislativa.

En una coyuntura compleja como la actual, la unicameralidad que instauró el fujimorato en los 90 resiente con la demanda de una legislación prolija y bien pensada, pero favorece la pretensión de sacar las leyes “por un tubo”, como lo anticipó Francesco Petrozzi. Quizá por eso las iniciativas para restaurar la bicameralidad son omitidas exprofeso, quizá por eso se siga apostando por parches constitucionales y no una reforma a conciencia.

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