(Geraldo Caso Bizama)
(Geraldo Caso Bizama)

El indulto a Alberto Fujimori ha generado –y lo seguirá haciendo– manifestaciones multitudinarias estos días. Protestar es un derecho.

Necesario, con mayor razón, cuando las autoridades actúan de espaldas a la ciudadanía. Por eso, no pueden, los funcionarios que velan por la seguridad de todos, frustrarlo. Los derechos de uno, sin embargo, terminan donde empiezan los de otro. Tan inadmisible es el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía, como la violencia aislada que algunos irresponsables ejercen en el marco de las manifestaciones. Quienes portan armas, letales y no letales, tienen deberes más rigurosos que hay que tomar en cuenta.En un reciente comunicado, la Defensoría del Pueblo exhortó a los dirigentes y ciudadanos a marchar pacíficamente y recordó que las fuerzas del orden deben actuar siempre de acuerdo a ley. ¿Y qué implica eso? Que el uso de la fuerza debe ser progresivo, estrictamente necesario y proporcional cuando no haya otros medios –ej. gritos de advertencia– para replegar la resistencia de los infractores. No se puede restablecer, a como dé lugar, el orden público.

Es cierto que hay quienes se escudan en el derecho a la protesta para dañar patrimonio público o privado, incitar a la violencia y afectar los derechos de otros. Deben ser identificados de cara a ser sancionados. Pero si el objetivo es reprimir este tipo de amenazas y el uso de la fuerza es excepcional, el medio para alcanzarlo no puede afectar más derechos de los que pretende proteger.

Lineamientos internacionales de las Naciones Unidas dicen que los gases lacrimógenos, por ejemplo, no pueden usarse “frente a personas que no tienen una vía de desconcentración o evacuación” (como todo parece indicar que así sucedió el domingo en la Av. Salaverry). Su uso debe ser, además, avisado por el personal policial para que los ciudadanos puedan dejar la zona “sin provocar situaciones de pánico o estampidas”. Ya una niña, aplastada por una turba que huía de estos gases, resultó gravemente herida porque no se tomaron las debidas precauciones. Es indispensable, por eso, que estos medios sean utilizados correctamente. Mucho se podría evitar.