Teloneros*
Teloneros*

El domingo pasado el Perú eligió a los teloneros de las elecciones presidenciales 2021. Por eso esta elección es importante y no. La elección legislativa no decidía quién nos gobernaría en el próximo período, pero era la ocasión ideal para emitir un voto de protesta y patear el tablero. Hartos de corrupción, decepcionados de los políticos de lujo y de su inefectividad para gobernar, muchos optaron por el circo. ¿Por qué? Porque si tanto diplomado en Harvard no fue capaz de evitar los desastres de los últimos tres años vamos pues ensayando el esoterismo o el regreso a ritos arcaicos a ver cómo nos va con eso. El 30% de San Isidro y Miraflores se quedó en la playa. Hubieran podido cambiar los resultados, pero les dio mucha flojera movilizarse un domingo por teloneros. He leído muchos comentarios. La mayoría desconcertados, muchos directamente aterrados anunciando, una vez más, el fin del mundo. Vayamos por partes.

Mito: se va a elegir un Congreso de izquierda y esto será Cuba. Realidad: al Congreso electo, a menos de una variante de último momento, entrarán nueve agrupaciones. Dos de izquierda y siete que sostienen el modelo actual.

Mito: la izquierda tendrá mayoría en el Congreso y cambiará la Constitución y esto será Cuba. Realidad: la izquierda tiene 22 curules y con eso no cambia nada. Las 118 restantes están en otra cosa.

Mito: este Congreso será el peor de la historia. Realidad: recién entran y nadie puede predecir el futuro.

Mito: Martín Vizcarra es un político de segundo nivel, opaco, provinciano, sin experiencia, ni carisma. Realidad: Martín Vizcarra resultó ser un animal político de cuidado. Aprovechó cada ocasión y jugó bien sus cartas para lograr lo que buscaba.

Esta elección no sucedió en el vacío. Vino precedida de la incapacidad total de entenderse entre el Legislativo y el Ejecutivo. En el 2016 se eligió un presidente de derecha y un Congreso controlado totalmente por un grupo más de derecha aún. ¿Y qué hicieron? Se la pasaron peleándose y metiéndose zancadillas como niños malcriados. El país les rogó, les imploró, que se entiendan y que trabajen para nosotros, no para ellos. ¿Hicieron caso? No. Pensaron que el pueblo no les pasaría la factura. Gran equivocación. Sembraron viento y ahora cosechan tempestades.

¿Está todo perdido? No creo. Dicen que “no hay líderes en este Congreso”. Claro que no. Los artistas principales aún no han entrado en escena. Están tras bambalinas estudiando la reacción del público frente a los teloneros. Tienen tiempo, pero no pueden desperdiciar ni un día. Sí hay líderes y un par con fortalezas valiosas. Demócratas, inteligentes, sencillos, informados, conocedores del Perú, y valientes. Se están guardando para el evento principal. He detectado uno que me gusta, y mucho. ¿Su nombre? Cato. ¿Hello, quién? Cato es su contraseña porque si digo su verdadero nombre enseguida empieza una campaña para destruirlo y bajárselo. O sea, por ahora Cato.

*Quien o quienes en un espectáculo musical actúan antes que el cantante o grupo principal.