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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

Se ha advertido hasta el cansancio –aunque por los resultados parece que sin éxito– que no es posible siquiera pensar en el desarrollo con un aparato institucional tan precario. Esa fragilidad nos pasará la factura más temprano que tarde.

Hoy, mientras usted lee estas líneas, se desarrolla el Diálogo Nacional por la Reforma Política y Electoral, convocado por instituciones de las que no se puede sospechar que tengan una agenda oculta para beneficiar o perjudicar a alguien: Transparencia, IDEA Internacional, el JNE, ONPE, Reniec, PNUD, la Defensoría del Pueblo y el Consejo de la Prensa.

En el diálogo participaran líderes de todos los grupos políticos, voceros parlamentarios e integrantes de la Comisión de Constitución del Congreso de la República.

Toda una oportunidad para concretar los indispensables acuerdos que contribuyan al debate en el Congreso. Los temas en la jornada de hoy serán: eliminación del voto preferencial, fortalecimiento de la democracia interna de los partidos políticos, financiamiento público de los mismos y mejoras en la regulación de la revocatoria.

Quedarán para otra ocasión temas más polémicos como bicameralidad, voto voluntario, circunscripciones electorales. Pero no cabe duda que de lo que se decida respecto de ellos dependerá la gobernabilidad futura del país.

La oportunidad de hacerlo es ahora ya que la atmósfera electoral de los próximos años la postergaría varios años o la haría imposible. Ojalá me equivoque, pero me temo que la política menuda de estos días nos obnubila y no nos permite ver –y debatir– los grandes temas nacionales, y todo ello precisamente sucede debido a la falta de instituciones sólidas y al servicio de la ciudadanía. Paradoja perversa.