-Claro, gastamos $ 6 mil millones en la decorativa refinería de Talara, US$1,200 millones en Panamericanos, un Metro 2 de Lima todo subterráneo para que salga muchísimo más caro y ahora dilapidar US$7 mil millones en un absurdo gasoducto sureño abortado, pero la mayor parte de colegios públicos no tienen agua potable continua... ¡Típica asignación irracional de recursos! ¿Y todas estúpidas iniciativas de quién? Del genial Ollanta Humala. ¿Y por quién elegimos a ese derrochador compulsivo, financiado por Venezuela y Brasil? Por caviares, rojos y vargallosistas. ¡Tienen lo que se merecen!
-No viví la epidemia del cólera en el Perú de 1991 por residir afuera, pero todas las cartas (¡Tardaban una semana!) y llamadas telefónicas (¡Carísimas!) desde Lima me comentaban que los peruanos se habían vuelto unas “ladys” en términos de higiene al manipular y comer alimentos. Lamentablemente, todas esas sanas costumbres se perdieron rápidamente en cuanto se fue la plaga... Hoy debemos a aprender, a la mala, a ser muy limpios y disciplinados para combatir al coronavirus, que muy sucio es nuestro Perú. El reto será mantener ese patrón cuando esta otra plaga, como todas, cumpla su ciclo y desaparezca. Por lo pronto, algunas cosas rutinarias ayudan, como obligar a que todo aquel que entre a la casa se lave bien las manos (contando hasta 40) o se ponga gel de alcohol, hacer gárgaras continuas con antisépticos potentes, cepillos de dientes colocados en vasos rellenos con alcohol, saludar como japoneses (bajando la cabeza) o hindúes (manos tipo oración).
-Muy “mosca” Salvador del Caviar con su spot sanitario. Claramente, hay toda una operación en marcha para que suceda a Vizcarra. Pero al final quién ganará el 2021 será el fiscal Pérez (o tal vez Vela). Acuérdense de mí…