Susana Villarán es investigada por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos, cohecho, negociación incompatible, tráfico de influencias, asociación ilícita para delinquir y colusión. (Foto: GEC)
Susana Villarán es investigada por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos, cohecho, negociación incompatible, tráfico de influencias, asociación ilícita para delinquir y colusión. (Foto: GEC)

Tras negarlo recurriendo a casi todo el léxico admitido por la Real Academia de la Lengua Española, la exalcaldesa Susana Villarán de La Puente terminó por descargar su conciencia al confesar que siempre estuvo al corriente de los aportes de OAS y Odebrecht a sus campañas contra la revocatoria y para su reelección en el máximo cargo edilicio de la ciudad.

Acorralada por el buen oficio del fiscal Carlos Puma Quispe, del Equipo Especial Lava Jato, quien acopió documentación contable y testimonios de altos ejecutivos de las empresas mencionadas –Leo Pinheiro y Jorge Barata, entre otros– que día a día fueron ganando peso, Villarán le dio un giro a su reiterada negativa. Ignorando la responsabilidad penal por sus actos, dijo que asumía “la responsabilidad política” de sus decisiones y reconoció que ella y José Miguel Castro fueron quienes “procuraron y aceptaron” estos aportes a través de una compleja trama de contratos ficticios y cuentas en Andorra. Es decir, la farsa al descubierto.

En total, se estaría hablando de unos 10 millones de dólares recabados para estrategias de imagen y publicidad. Las revelaciones sobre la llamada Caja 2 de OAS –que comprometen asimismo a Luis Castañeda Lossio, que ya debe estar esperando turno– han resultado definitivas al respecto.

La exalcaldesa se escuda en que se allanó al flujo de dineros sucios dizque pensando solo en la gobernabilidad de Lima Metropolitana, para que la ciudad no cayera en manos de los corruptos, y que “no hipotecó el interés público en favor de ninguna empresa privada”. Es decir, ¿nos está diciendo que se corrompió para que Lima no cayera en manos de corruptos?, argumento inaceptable desde todo punto de vista.

Lo que estamos viendo, sin duda, es la consecuencia de la visión cortoplacista y deshonesta de la política que tuvo Villarán, que la ha llevado a estar a un paso de la cárcel. Primero, al hacer a un lado los principios éticos para gestionar y recibir dinero ilegal de empresas con las que la comuna tenía una vinculación para derrotar una revocatoria, ganar una relección y mantenerse en el poder. Y en segundo lugar, para auparse después con suma facilidad a la plancha presidencial de Urresti, que postulaba por el partido de Humala, dos militares acusados de violación de DD.HH.

TAGS RELACIONADOS