"Bloomberg, la octava persona más rica de los EE.UU. según Forbes, ha decido jugar todas sus cartas en lo que los americanos denominan 'Super Tuesday' o supermartes". (AP)
"Bloomberg, la octava persona más rica de los EE.UU. según Forbes, ha decido jugar todas sus cartas en lo que los americanos denominan 'Super Tuesday' o supermartes". (AP)

Las primarias demócratas no dan tregua. El camino para ver quién será elegido por las bases demócratas para medirse contra Trump en las generales de este año acaba de comenzar y qué duda cabe que lo ha hecho con mucha sorpresa.

Las primarias en Iowa, que suelen regalar al ganador un muy necesitado impulso de popularidad, terminaron en debacle y salpicadas de mucha suspicacia cuando, al momento de reportar los resultados, los mecanismos establecidos fallaron, no pudiéndose revelar al ganador de inmediato, sino hasta dos días después

De este fallo técnico resultan favorecidos dos candidatos. El gran asombro fue el relativamente desconocido alcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg, que venía pasando desapercibido principalmente debido a su escasa experiencia política y corta edad.

Un breve veterano de guerra, abiertamente declarado homosexual y considerado uno de los moderados dentro de la carrera demócrata, Buttigieg pudo lubricar su discurso antisocialista a través de un partido demócrata que cada vez se inclina más hacia la izquierda

No obstante, a diferencia de Iowa y New Hampshire – en donde quedó segundo detrás de Bernie Sanders- los siguientes Estados en la carrera son poco representativos en cuanto a minorías. La población afroamericana, con la que Buttigeig no conecta muy bien según algunas encuestas, son clave para ganar Carolina de Sur o Nevada.

Por otra parte, está el ex alcalde de Nueva York Mike Bloomberg, que no pudo obtener mejor noticia que el fiasco de Iowa y de la caída en picada de la campaña del exvicepresidente Joe Biden, que terminó cuarto.

Bloomberg, la octava persona más rica de los EE.UU. según Forbes, ha decido jugar todas sus cartas en lo que los americanos denominan “Super Tuesday” o supermartes. El 3 de marzo votarán en las primarias demócratas 14 estados, lo que viene a ser casi 1/3 del total de delegados.

Su estrategia es arriesgada; no participar en los primeros cuatro estados que albergan elecciones y en cambio invertir cerca de 15 millones de dólares en espacios publicitarios en regiones que van a las urnas el supermartes como Florida, Texas, Nueva York y California para nivelarse con sus rivales que le llevan bastantes meses de ventaja.

El candidato del establishment, Joe Biden, fue el gran perdedor, quedando cuarto en Iowa y quinto en New Hampshire. Como escribí hace un par de semanas, definitivamente hay un sector de la población que pide un cambio radical como el que Trump prometió en su campaña del 2016 y no el status quo que predica Biden.

La campaña de Bloomberg espera poder captar a los votantes moderados del país que no se han alineado detrás de Biden y que posiblemente Buttigieg no pueda amasar por su falta de destreza en el campo político. Si la estrategia del magnate rendirá resultados o no, lo sabremos el supermartes.

El que no sorprendió ni decepcionó fue el socialista Bernie Sanders que viene despuntando en todas las encuestas y que, a pesar de quedar segundo en Iowa, fue el ganador en New Hampshire. De arrasar el supermartes, podría perfectamente ser el de facto candidato demócrata para las generales.

De ser así, lo más probable es que Sanders le ofrezca la vicepresidencia a Elizabeth Warren, otra candidata que también ha salido mal parada en este comienzo de campaña y que coincide en muchas políticas con Sanders. Es más, una de sus críticas para ganar adeptos fue su incapacidad de diferenciarse de Sanders sin dejar de defender ideas atrevidas como la nacionalización de la salud.

Esta carrera se anticipa entretenida y puede que ni después del supermartes sepamos con exactitud quién ganará. Lo que si queda claro es que los demócratas tendrán que elegir a alguien que goce de las misma autenticidad y radicalismo que Trump y nadie irradia más de ambas que Bernie Sanders.

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