(Foto: Congreso de la República)
(Foto: Congreso de la República)

Desde que este gobierno iniciara funciones hace seis meses, ha demostrado un claro afán por colocar a personas sin solvencia, pero cercanas o afines al poder de turno, en distintos espacios del aparato público. Los ejemplos son tan abundantes que sería ocioso incidir en ellos. Lo que más subleva es que no exista autocrítica ni vocación de enmienda y que, más bien, se siga reincidiendo con total desembarazo. Este domingo se designó al ubicuo Daniel Salaverry como presidente del directorio de Perupetro por los próximos seis años, a pesar de que la ley es clara en establecer que dicho puesto requiere un perfil con capacidad técnica y profesional en la materia. El mismo domingo Punto final reveló que personas allegadas a Perú Libre han accedido a altos puestos en el Ministerio de Ambiente sin cumplir con el perfil requerido. El amiguismo y el compadrazgo se han vuelto moneda común en este gobierno que ha demostrado tener una visión del Estado como botín. Lo que vuelve más estridentes los nombramientos es la modificación de los perfiles técnicos para que los afortunados amigos de Palacio puedan calzar en ellos.

Esperemos que, esta vez, al Congreso lo embargue el sentido de urgencia e interpele al ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, ante tamaña afrenta a la institucionalidad del sector.

- El Congreso ha agendado para el Pleno de hoy y mañana dos dictámenes aprobados en la Comisión de Educación que buscan socavar la reforma universitaria. El primero propone que se modifique la conformación del Consejo Directivo de la Sunedu para que esté integrado, en su mayoría, por representantes de universidades. Lo que busca este proyecto es, en la práctica, regresar a la autorregulación y restarle autonomía a la Sunedu. El segundo dictamen propone darles una segunda oportunidad a las universidades con licencia denegada. A estar atentos.

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