Alcalde Jorge Muñoz anunció el reinicio del proyecto para la ampliación de la vía expresa de Paseo de la República hasta la carretera Panamericana Sur. (Fotos: César Campos)
Alcalde Jorge Muñoz anunció el reinicio del proyecto para la ampliación de la vía expresa de Paseo de la República hasta la carretera Panamericana Sur. (Fotos: César Campos)

En el Perú no es raro que una autoridad comience su gestión con más puntos de popularidad de los obtenidos en las elecciones. Tampoco es extraño que, pasados los primeros tres meses de gobierno, esa gratuita popularidad comience a decaer. La nuestra es una sociedad de liderazgos precarios y gestiones públicas a media caña. Por eso, las decepciones suelen llegar más temprano que tarde. Así que la importante caída en las encuestas del nuevo alcalde metropolitano no debe llamar la atención. Más aún si consideramos que su triunfo electoral fue veloz. Las expectativas cifradas en él eran difusas y benevolentes.

Pero este Jorge Muñoz no parece ser el mismo personaje que fuera elegido en 2011 en Miraflores. Aquella vez, a la semana de iniciada su gestión, el distrito ya estaba vestido con los nuevos colores y el eslogan que marcarían sus dos exitosos periodos municipales. Parecía que Muñoz ya tenía escrito el guion y que lo tenía bien ensayado. Reorganizó las finanzas, constituyó un sistema de seguridad ciudadana participativo, renovó metódicamente el ornato del municipio, diseñó un sistema de tránsito multimodal, desarrolló dos grandes obras inapelables y, finalmente, coleccionó premios nacionales e internacionales por sus políticas sociales e inclusivas. Siempre cuesta arriba. Ahora en Lima, esa no es la imagen de liderazgo que le ofrece a la ciudadanía.

Muñoz, desde el proceso de transferencia, comenzó pegándole a la alicaída gestión anterior. No era difícil, Castañeda venía de meter la pata sucesivamente. Luego realizó algunos gestos ganadores: se alineó con el gobierno central para asegurar recursos, constituyó un consejo de seguridad plural y garantizó mecanismos de transparencia para las grandes decisiones municipales. Y, de pronto, el ‘Colorao’ empalideció sin levantar esa bandera que distinguiría a su gobierno, mientras ‘Forzay’ nos indicaba cuál es el camino para ganar crédito político ante una ciudadanía cansada y desconfiada ante promesas políticas.

Muñoz viene participando en diversas mesas de diálogo y lanzando pequeñas y grandes promesas que no vienen acompañadas de los goles madrugadores que el implacable pueblo exige. Ojalá él y su equipo reaccionen a tiempo por el bien de esta descuidada metrópoli. Experiencia tiene. Logros también. ¿Pero tendrá instinto político?

TAGS RELACIONADOS