Son quince, Hannah…

Hoy es tu cumpleaños querida Hannah.

Y te toca celebrar este canto a la vida en tiempos muy difíciles, cuando a cualquier edad es muy difícil disfrutar lo que la existencia nos ofrece, pero sobre todo a tu generación, que si bien se las arregla como pez en el agua en el mundo de la virtualidad y de las pantallas de computadoras, tabletas y celulares, lo más importante –fascinante y doloroso a la vez– es experimentar cara a cara las vivencias con amigos, amigas y los primeros ensayos de la seducción y del amor.

Estar encerrados por un virus que, por razones políticas o negligencia, el gobierno tirano de un país muy lejano dejó extender al resto del mundo y que, por wishful thinking (hacerse ilusiones) y mediocridad, la gran mayoría de los políticos del mundo manejaron mal, lo estamos sufriendo todos –en especial quienes han perdido a seres queridos– pero son tu generación y la de los veinteañeros las más afectadas porque deberían estar saliendo con más frecuencia a conocer su mundo interior en contacto con el exterior.

La última vez que te escribí, intenté explicarte lo que ocurre en el mundo utilizando ejemplos de los personajes de Harry Potter, pero ahora ni a través de libros y ni siquiera de series de Netflix podré contarte el momento de la historia que toda la humanidad está padeciendo. Además, tú lo entiendes, y para colmo, has visto cómo en tu querido Perú, durante esta situación trágica, un grupo de vividores siguen buscando repartirse poder y riqueza desde sus puestos políticos sin importarles el bienestar de las mayorías.

Aun así, querida Hannah, que te reconforte en tus quince, el amor de tu mamá, el adoptivo mío y el cariño de todos los que te quieren, que son muchos, incluyendo a ángeles guardianes como tu papá y tu tío Michelle.