Actriz Sofía Rocha murió a los 51 años. (Instagram)
Actriz Sofía Rocha murió a los 51 años. (Instagram)

Efímero, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es pasajero, de corta duración. El teatro es un arte efímero. Actrices y actores entregan la magia de su arte de manera única en cada función. Explico: es el mismo libreto, la misma persona quien ejecuta al mismo personaje, con el mismo texto, con la misma iluminación, el mismo escenario. Sin embargo, es única e irrepetible.

A diferencia de otras artes que se perennizan en su propia expresión como una pintura, una escultura, un poema, una película, que quedan impresos para verlos cuantas veces queramos, cada función de teatro es igual, pero muy distinta.

La relación que se produce en el instante mágico de la ejecución está compuesta por la entrega de la actriz y la reacción particular que el público percibe en ese sublime momento de intimidad en que se conecta lo intangible, la alineación de cientos de factores que hacen que la interpretación sea distinta cada día.

Por eso el teatro se parece tanto a la vida, cada momento es irrepetible, podemos buscar repetir el momento con todos los elementos iguales, pero aunque reconstruyas todo lo físico, tu emoción y sensaciones nunca serán iguales. La única diferencia entre la vida y una función teatral es que la vida no permite ensayos.

Quienes tuvieron la suerte de ver a Sofía en el escenario han compartido esa magia, ese momento efímero pero eterno que dejan las emociones que te entrega la actriz en cada acto.

Una gran presencia y una voz, esa sí magnifica, portentosa, milimétricamente perfecta y particular, quedan en nuestros corazones como un regalo de la magia del arte que se consuma en un acto único que es la actuación.

¡Sofía Rocha, presente!

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