Stefan Wolle,Investigador alemánPor Mijail Palacios Yábarmpalacios@peru21.com
El mundo (y Alemania) celebra 25 años de la caída del Muro de Berlín y, consecuentemente, la unificación alemana. A nuestro país llegó el investigador e historiador alemán Stefan Wolle, quien vivió en carne propia la Guerra Fría, en la República Democrática Alemana (RDA), y tras el fin de esa etapa se dedicó a la recuperación de los archivos de la Stasi (Ministerio de Seguridad del Estado). Desde esa vivencia, analiza el agitado panorama que atraviesa Europa, por el terrorismo y el separatismo. «El peligro más grave que existe en Alemania es la desconfianza al extranjero», advierte Wolle.
¿Por qué lo expulsaron de la universidad?En el año 1972, fui expulsado de la universidad, pero la razón realmente no fue ninguna. Lo único que hice fue hacer pública mi opinión, que estaba en contra de la República Democrática Alemana (RDA). Fui denunciado por otros estudiantes, por ello me expulsaron. La dirección de dicha universidad quería demostrar que podía tomar medidas drásticas.
¿Le dieron alguna explicación?Sí, pero fue un proceso largo. Me preguntaron por qué me expresé en contra de la RDA, por qué dije lo que dije. Intenté salvarme, pero no lo logré. Sin embargo, al final firmamos un compromiso en el que yo accedí a trabajar en una empresa de producción para seguir estudiando. Pude llegar a un acuerdo con la RDA porque siempre querían salvar a las ovejas negras y mostrar que ellos podían cambiar a una persona.
¿Qué fue lo más complicado que le tocó vivir en la Alemania Oriental?El momento más difícil fue este, cuando me expulsan, porque fueron mis amigos los que me denunciaron. Después de eso, trataba de tener la cabeza baja, asumir los compromisos, lo único que quería era seguir estudiando. Como no podía salir, esa era la única opción que tenía: tener perfil bajo.
¿Qué era lo peor que le podía pasar en la RDA?El mayor temor era perder mi trabajo y no seguir laborando como científico y también ver cómo a muchas personas las metían a la cárcel.
¿El mundo aprendió la lección luego de la caída del Muro de Berlín?El mundo aprendió que es posible romper un sistema político tan grande como el de la República Democrática Alemana con una demostración pacífica.
¿Aún hay huellas de la Alemania dividida?Hay una diferencia mental entre las dos partes, hay diferencias sociales todavía, como empleo, sueldos. El este aún está en condiciones menos favorables.
¿Qué opina de los casos Edward Snowden y Julian Assange?Para mí son héroes, porque yo también viví algo parecido, en el sentido de que también di mi opinión fuerte y me dejaron sin empleo. Snowden y Assange son personas valiosas y un ejemplo a seguir.
¿Acaso estamos viviendo una tercera guerra mundial con los conflictos que hay en (y con) el Medio Oriente?Espero que no, pero sí creo que hay algo parecido a la Guerra Fría, lo que no significa que no se usen armas. Mi mayor temor es que Alemania empiece a no respetar los derechos fundamentales para lidiar con esta situación.
¿Alemania se involucrará más?Será necesario. No se puede dejar que siempre sea Estados Unidos el país que haga el trabajo sucio, sino que es importante que se unan los países democráticos occidentales y se encuentre una solución al problema. Lamentablemente, la violencia no se puede solucionar solo ayudando con el desarrollo, sino hay que entrar a la guerra.
¿Después del nazismo, lo más peligroso para el mundo es el fundamentalismo del Estado Islámico?También estuvo el comunismo, el cual fue eliminado con una política de cambio a largo plazo. Lo que hay que hacer con el islam es aceptarlo y comprenderlo, pero enseñarles que también hay cosas en un estado democrático liberal que tienen ventajas.
¿La violencia del Estado Islámico se puede solucionar con una guerra?Son una amenaza, pues nos obligan a usar medios que ya no queríamos usar. Por ejemplo, Alemania, a partir del 45, dijo que ya no se iba a meter a ninguna guerra, pero como la situación ahora es así, hay que buscar la manera de controlar el terrorismo. En Alemania ya existen indicios de movimientos terroristas que buscan involucrar más gente. Cada vez es más difícil porque hay mucha desconfianza contra los extranjeros.
Europa vive un proceso migratorio muy fuerte, sobre todo desde el África… ¿La discriminación al migrante está creciendo?El peligro más grave que existe en Alemania es la desconfianza al extranjero, que está instalada en la población en general, ya no solo en determinados movimientos. No me refiero a los que incendian las casas de los migrantes, sino al resto de la población, que tiene miedo de lo que le puede pasar a sus hijos. Ese es el mayor peligro.
¿El presidente ruso Vladimir Putin representa el renacer del imperialismo de la ex Unión Soviética?Para Putin es difícil gobernar su país por los problemas que tiene dentro de su nación, por eso él necesita éxito político fuera de su país para que la gente no mire lo que ocurre en Rusia. Por eso pasó lo de Ucrania. Con Moscú debe haber un tipo de diplomacia que le diga «hasta acá nomás» y que, al mismo tiempo, no afecte sus sentimientos nacionales.
El separatismo también asoma en Europa.Todos son resultados de un movimiento que está en contra del crecimiento de Europa. La gente tiene miedo de que al final haya pocas instituciones que decidan sobre todos, y quieren mantener su independencia política. Realmente no va a funcionar. Además, las personas que toman decisiones políticas en esos países están muy lejos de sus poblaciones.
AUTOFICHA
■ «Nací en el lado oriental de la entonces Alemania dividida. Tuve que experimentar, personalmente, el lado represivo de la antigua RDA cuando, como estudiante, fui expulsado de la Universidad Humboldt».
■ «Después de la caída del Muro me dediqué a la recuperación de los archivos de la Stasi y pertenecí al comité que se encargó de la disolución del Ministerio para la Seguridad de Estado».
■ «Mi trabajo se centra en la revisión histórica de la República Democrática Alemana. Soy director científico del Museo de la RDA. Vine al Perú para dar conferencias que organizó la Embajada Alemana».