Poder Judicial busca dar mayor acceso a la justicia en localidades más alejadas. (FOTO: USI)
Poder Judicial busca dar mayor acceso a la justicia en localidades más alejadas. (FOTO: USI)

Todos recordamos la imagen de Evangelina Chamorro, la mujer que se salvó de la muerte el año pasado y emergió del desastre cubierta de barro, luego de que su casa y su chacra fueran arrasadas por un huaico.

Ella, entre más de 800 personas, fue estafada al adquirir un terreno que se encontraba en una quebrada. ¿Cómo fue posible eso y quiénes estuvieron detrás? Fue obra de traficantes de terrenos protegidos por malos elementos del Poder Judicial.

El martes, los que estafaron a Evangelina fueron capturados por la Diviac. La banda ha sido identificada como Los Nuevos Dueños del Sur, una organización que traficaba terrenos en Lurín y que se escudaba tras la fachada de la Asociación Sumac Pacha, la que se hizo conocida al hacer sospechosos negocios con la familia de Nadine Heredia.

El funcionamiento de Sumac Pacha o la banda Los Nuevos Dueños del Sur, que encabezaba Diosdado Navarro, grafica muy bien a qué intereses sirven los jueces corruptos. Y explica cómo funcionaban Los Cuellos Blancos.

En 2016, Sumac Pacha obtuvo una medida cautelar de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Lima. Con ello, pudo seguir ocupando terrenos que eran del Estado y donde inclusive operaba una planta de tratamiento de Sedapal.

Con dicha medida cautelar, Sedapal tuvo que retirarse de la zona y verter las aguas servidas en la playa Arica, generando un daño ambiental severo. Uno de los jueces firmantes de esa decisión fue Martín Hurtado, allegado al ex vocal supremo César Hinostroza –hoy detenido en Madrid, adonde fugó–, con quien incluso protagoniza uno de los audios de la vergüenza.

Así operan los jueces corruptos; en vez de dictar justicia, emiten resoluciones, entre fallos y medidas cautelares, al gusto del ‘cliente’ y en beneficio de su propio bolsillo transgrediendo la ley, poniéndoles un disfraz de legalidad a sus tropelías, sin importarles el daño causado.

En el caso de los traficantes de Sumac Pacha, se perjudicó a cientos de personas, se afectó el medio ambiente y se causó perjuicio hasta al propio Estado. ¡Qué corrupción tan poderosa que ni ve si hay vidas en peligro!

Es seguro que los escandalosos pactos y negociados en el Poder Judicial no se limitan a los audios de la vergüenza y lo que hemos escuchado en torno a los jueces del Callao. Hay malos jueces por todo el país y por eso es fundamental la reforma que ha sido respaldada masivamente en el referéndum y que comenzará con la Junta Nacional de Justicia que debe conformarse e instalarse pronto.

¡No más ‘hermanitos’! Queremos jueces de verdad, el país los necesita.