Así quedó la unidad médica que fue atacada por una turba durante las manifestaciones en Cusco.
Así quedó la unidad médica que fue atacada por una turba durante las manifestaciones en Cusco.

La ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, ofreció un balance escalofriante del estado de las ambulancias en el marco de las violentas protestas y bloqueos en gran parte del país. 19 unidades de alta especialidad, de las 33 que existían en el país, han sido destrozadas por actos vandálicos durante las refriegas entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.

Se ha sabido de infiltrados que han apedreado estos vehículos con la intención de provocar a la Policía y atizar los ánimos entre la turba. Pero, en no pocas marchas, los propios manifestantes llevados por su furia han terminado atacando también a las ambulancias que acudían a atender a los heridos.

¿Qué clase de sociópata puede estar dispuesto a agredir a médicos o enfermeras cumpliendo su labor, es decir, salvar vidas? ¿Qué sentido tiene destruir costosos vehículos comprados por Essalud y el Minsa para atender emergencias de peruanos que no pueden pagar clínicas privadas?

Unidades que contaban con un equipamiento completo que les permitía incluso realizar cirugías de presentarse el caso. Y es de todos conocida la situación en que el gobierno de Pedro Castillo ha dejado los hospitales y postas médicas del Estado, ya bastante exigidos y llevados al límite con la pandemia.

El personal médico, pues, no se ha librado de las turbas enardecidas. “No los dejan entrar al punto de trabajo… Suspendamos toda esta acción de violencia. El Ministerio de Salud está para salvar tu vida”, pidió la ministra Gutiérrez.

Ni siquiera en las guerras se han impedido los corredores humanitarios, para que la Cruz Roja, por ejemplo, pudiese realizar su labor con los heridos en las batallas, sin distinguir a qué bando del conflicto pertenecían.

Porque la belicosidad de los vándalos que actuaron contra equipos médicos o impidieron el pase de las ambulancias con pacientes dentro lograron ya que 11 vidas se apaguen al no poder llegar a tiempo a un nosocomio donde los pudieran atender.

¿En esta clase de monstruos se han convertido algunos peruanos? ¿Qué explicación puede tener esta espantosa, injustificable, conducta homicida?

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