Documentos de la fiscalía sustentan lo que dos colaboradores eficaces de la investigación del ‘club de la construcción’ han declarado. (Foto: El Comercio)
Documentos de la fiscalía sustentan lo que dos colaboradores eficaces de la investigación del ‘club de la construcción’ han declarado. (Foto: El Comercio)

Fernando Rospigliosi detalló la siguiente gravísima denuncia este sábado desde EC: ‘La segunda dificultad es que se malquistó desde el principio con un influyente periodista que campea en la Fiscalía. A los pocos días de nombrado Hamilton Castro, el entonces fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, le pidió que conversara con el personaje. El encuentro se efectuó en la sala de reuniones, al lado de la oficina de Sánchez. El periodista, que estaba con su asistenta, parecía escribir en su laptop mientras interrogaba y deslizaba orientaciones a Castro, hasta que por error apretó la tecla equivocada y el fiscal empezó a escuchar su propia voz. Lo estaba grabando sin su consentimiento. Castro dio por terminada la reunión y nunca más aceptó las sugerencias de Pablo Sánchez de volver a reunirse con el omnipresente individuo’. Eso, por supuesto, tuvo consecuencias para él.

¡Esto es nuclear! ¿Quién es ese “influyente periodista (u “omnipresente individuo”) que campea en el MP? ¿Fue normal que el mismísimo Sánchez mande a un subordinado donde un colega para que le sujete a preguntas y orientaciones? ¿Es legal –y ético– que se grabe a un fiscal sin consentimiento? ¿Los medios se van a quedar calladitos con esta denuncia, por miedo o doble rasero? ¿Llamarán el IDL, Canal N y LR al colega, su asistenta (todos en el gremio “casi sabemos” quiénes son) y a Sánchez para que aclaren? ¿Por qué los tuiteritos, blogs y opinólogos rojicaviares están silenciosos con esto? ¿Se romperá “el pacto infame de hablar a media voz” y el sesgo en gremio? ¡Ya pues, colegas!

“¡No he de callar por más que con el dedo/ya tocando la boca o ya la frente/silencio avises o amenaces miedo/¿No ha de haber un espíritu valiente?/¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?/¿Nunca se ha de decir lo que se siente? (Quevedo)”.