Keiko Fujimori está siendo investigada por el fiscal José Domingo Pérez por presunto lavado de activos en el financiamiento de sus campañas. (Foto: USI)
Keiko Fujimori está siendo investigada por el fiscal José Domingo Pérez por presunto lavado de activos en el financiamiento de sus campañas. (Foto: USI)

Varias semanas se ha tomado la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, para comentar, en tardía reacción, las iniciativas de reforma política que el presidente Martín Vizcarra ha planteado ante el Congreso desde el 28 de julio.

Ayer, Fujimori difundió un video a través de las redes sociales para criticar lo que llamó medidas populistas y lo que considera un enfrentamiento con el Congreso. Pero su aparición en escena justamente se dio luego de que se han publicado resultados de encuestas de opinión pública bastante adversos a ella.

En efecto, la cabeza de Fuerza Popular ha llegado a los indicadores más bajos de aprobación y popularidad en una caída sostenida: este mes, Datum le dio una aprobación de 14% y una desaprobación de 81%, mientras que Ipsos registra una aprobación de 15% y una desaprobación de 80%. Y precisamente al día siguiente de conocerse los resultados de la última encuesta, es que Keiko Fujimori ha salido en un cuidado escenario que no exhibió algún símbolo o color partidario, salvo un discreto traje sastre de color durazno.

Mientras los estudios de opinión muestran que la población respalda las iniciativas planteadas al Congreso, la lideresa fujimorista va a contracorriente y dice que las propuestas son propias de un populismo centralista, a su parecer, aconsejadas “por asesores extranjeros inmediatistas”. Por cierto, no creemos que el uso de la palabra extranjeros haya sido casual en momentos que irresponsables personajes alientan conductas xenófobas.

Dice que “no pondrá trabas ni postergará ningún debate respecto a la reelección de congresistas ni la bicameralidad, pero…”. Y con el reparo y el tono que usa, evidencia que continúa la pataleta porque no ganó las elecciones y está dispuesta a ponerle zancadillas al Gobierno, como ya lo ha sabido hacer.

La encuesta de Ipsos pregunta por qué la desaprueba. El 72% opina que ella está involucrada en actos de corrupción, el 51% que solo busca su beneficio y un 15% cree que solo hace una oposición obstruccionista y que no colabora con el Gobierno. Veremos lo que Fuerza Popular hace en las próximas semanas. Su jefa y congresistas critican, descalifican, pero qué proponen ante los mismos problemas serios que señalan. Nada, pues. Solo se trata de golpear.