El Banco Mundial afirmó que las economías de Colombia, Chile y Perú han tenido un mejor desempeño frente a Argentina y Brasil. (Foto: GEC)
El Banco Mundial afirmó que las economías de Colombia, Chile y Perú han tenido un mejor desempeño frente a Argentina y Brasil. (Foto: GEC)

Hace unos días se anunció que la economía peruana creció 5.3% en noviembre. La pregunta es por qué la cifra no se siente en la vida diaria de los ciudadanos. Hay varias razones. Primero, en economía importa la tendencia observada en varios meses y no el número de un solo mes. Entre junio y agosto de 2018, el crecimiento mensual no pasó de 2.5%. Por lo tanto, no existe una tendencia que confirme un crecimiento sostenible.

Segundo, la cifra mensual se compara contra el mes del año previo. En noviembre de 2017, el crecimiento fue de apenas 2%; por lo tanto, como se compara contra un número pequeño, 5.3% no es tanto como parece. Estoy seguro de que si en noviembre de 2017 el crecimiento hubiera sido 6%, entonces en el mismo mes de 2018 la cifra no habría superado 3%. Esto se conoce como rebote estadístico. Siempre hay que ver la cifra contra la cual se compara.

En tercer lugar, el crecimiento mínimo requerido para que se refleje en términos de menor pobreza y desigualdad es de casi 5% anual, cifra que está muy lejos de la experimentada, tanto en 2018 (cerca de 3.8%) como en 2017 (2.5%). Cuarto, el crecimiento aumenta la recaudación tributaria y el gasto público. Sin embargo, cómo se gasta es más importante que cuánto se gasta. Si el Gobierno no puede gastar bien el dinero en servicios básicos de calidad que la población necesita, entonces los números no se sentirán. No es difícil concluir que se requieren reformas para mejorar la forma como el Gobierno usa el dinero.

El problema de fondo es el lento crecimiento de la economía. Bajos niveles de inversión y de productividad configuran una realidad que debemos enfrentar. El contexto político importa, pero no perdamos de vista la necesidad de reformas económicas.

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