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Semana milagrosa
Según estimaciones del Gobierno, se espera que más de un millón de peruanos se movilicen a diferentes regiones del país.
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El próximo jueves se inicia un feriado largo por Semana Santa y una oportunidad única en el año para reactivar la economía local, el turismo interno y la generación de ingresos y empleos productivos.
Según estimaciones del Gobierno, se espera que más de un millón de peruanos se movilicen a diferentes regiones del país. Esta tradicional efeméride religiosa, común al mundo católico, en el Perú une a creyentes y no creyentes en busca de un poco de descanso y solaz en esta época del año.
Con frecuencia el feriado largo significa para los jóvenes todo lo contrario al recogimiento y la contrición que prescriben las autoridades eclesiásticas, pero lo cierto es que ha sido siempre una fecha favorable para juntarse en un breve viaje con los amigos o familiares. Un desplazamiento que se vive, digamos, con puntual intensidad.
No son pocos los pueblos andinos, por ejemplo, que honran el calendario cristiano con coloridas fiestas y representaciones que amalgaman la devoción cristiana con las culturas específicas de cada localidad. Esa tradición se mantiene y no deja de ser atractiva, pues se enriquece año a año.
Así, más allá de los obligados reencuentros en la tele con Charlton Heston y las épicas superproducciones bíblicas que escribieron su leyenda en Hollywood, la Semana Santa de este año tendrá un ingrediente especial.
Es, en primer término, una de las celebraciones que se comienza a recuperar luego de la pandemia. Pero tendrá lugar, asimismo, después de violentos y prolongados paros, que hacían imposible –o muy peligrosa– la circulación por autopistas y carreteras del interior del país, especialmente en la sierra sur peruana.
Los recientes desastres naturales tampoco han ayudado.
Es época de lluvias fuertes en el norte del país, acrecentadas por el paso del ciclón Yaku, con lo que habrá que tener cuidado al moverse por el perímetro de las zonas de alto riesgo. Sin embargo, es la propia población de las regiones afectadas, en especial comerciantes, empresarios, trabajadores y amas de casa, la más interesada ahora en que este movimiento reactivador no se paralice.
Esperemos, pues, que estas fiestas sean el inicio de una recuperación que, para empezar, beneficie a las familias que dependen del turismo y sus actividades derivadas. Y que el próximo fin de semana la paz sea con todos los peruanos.
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