(GEC)
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Como suele ser el caso para los limeños, la llegada del Día de la Madre coincide con la de la estación fría. Ciertamente, lo mismo sucede en el resto del país, con la excepción de la selva y costa norte.

La llegada de mayo coincide con el final de la estación de lluvias, lo que implica tiempo despejado y calor en la selva. Este, no obstante, es matizado por recurrentes friajes que cotidianamente –hasta la primavera– traen cortos periodos “fríos” y lluviosos.

En la sierra ya empiezan las primeras heladas en las zonas altoandinas y los días se volverán particularmente secos. Los ciudadanos llaman a esto verano por la presencia continua de sol, no obstante estemos entrando al invierno.

En la costa norte aún subsiste el calor. Seguirá varias semanas. Desde La Libertad hacia el sur, las noches se hacen frescas y, a partir de fin de mayo, las prendas gruesas serán dominantes.

El principal modulador del clima costero es la temperatura del mar. No esperamos ni El Niño ni La Niña en los siguientes meses. Consecuentemente, una temporada fría normal es lo que pronosticamos en la costa y es lo que necesitamos en el agro. Los cielos celestes que han dominado Lima se tornarán grises muy pronto, como corresponde.

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