Los últimos días – durante este mes de febrero – el océano Pacífico frente a la costa norte de Perú y el Ecuador ha experimentado un notorio calentamiento. Al cierre de esta columna y según reporte del día jueves ese calentamiento ya se manifestaba además en las playas de nuestra costa norte.
La dirección de hidrografía de la Marina de Guerra informó que la temperatura litoral en Paita era de 27.8 °C y de 25.5 °C en Talara. Esto es 4.4 °C y 2.6 °C por encima de los valores normales para la época respectivamente. Más al sur, el litoral seguía frío sin mostrar valores tan altos. Cuando el océano llega a 26 °C — 26.5 °C y el viento y la humedad sobre aquel presentan condiciones adecuadas; se pueden producir lluvias importantes sobre el océano. Hacia los 28 °C esa condición se exacerba inclusive afectando toda la región costera. Siempre subrayando aquello de que el viento y la humedad (es decir la atmósfera) acompañe. Aún no lo hace. Podría hacerlo.
Durante los últimos días las lluvias y tormentas se han multiplicado en el extremo norte del Perú entre Piura y Tumbes, pero en las zonas altas de la costa. Esto puede suceder en un año de buenas lluvias y produce un incremento en el caudal de los ríos. De modo, pues que vivimos un calentamiento focalizado que no podemos tipificarlo como característico de un Niño Costero, pues aún encaja en el marco de un año lluvioso.
Nuestras instituciones científicas tienen unos parámetros muy rígidos para definir cuando se está en una condición de Niño Costero. Uno de ellos es la temperatura del mar y otro, más difícil de medir, es la respuesta de la atmósfera al calentamiento del mar.
Ahora bien, la pregunta cae por su propio peso: ¿Estamos camino a un nuevo episodio de Niño Costero? Quizá la más honesta respuesta es que ya no es cero la probabilidad de que ello ocurra en el corto plazo. Más aún si el calentamiento del mar sigue creciendo.
Es bueno en este punto recordar episodios de lluvias intensas en el norte y parte de la costa central, muy acotadas en el tiempo. Es decir de pocas semanas de duración, en esta época del año y sin encajar en la definición técnica de un Niño Costero debido a su corta duración. Sin embargo, a la población y a los agentes económicos les importa poco las definiciones técnicas si durante 3 o 4 semanas el cielo eventualmente se les cae en forma de lluvia.
Los modelos ahora ayudan poco. Como siempre reitero y alguna vez escribió el doctor Ken Takahashi respecto de ellos: comparten varios errores como simular demasiado cálido/lluvioso el clima en nuestra costa, así como aspectos menos aparentes como aproximaciones similares en ciertos procesos físicos que no se conocen bien.
Vienen días críticos para saber si esto progresa hacia un calentamiento intenso o se frena y eventualmente retrae.