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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En días recientes se han visto serias anomalías que perjudican al ciudadano como consumidor, productor y, finalmente, como persona. Desde Panamá llegó la noticia de que Gloria se verá obligada a cambiar el etiquetado de Pura Vida, porque la vaca allí impresa genera confusión sobre su contenido. Hecha la denuncia, recién los organismos reguladores en el Perú levantaron su voz. A los pocos días, la directora de Certificaciones y Autorizaciones de Digesa reconoció que esta entidad modificó equivocadamente, en 2015, la denominación del contenido del referido producto de "lácteo" a "leche" (¡!).

En otro ámbito, Samuel Gleiser anuncia que "a la industria textil la puedes declarar muerta desde ahora". Gleiser hace planteos concretos sobre la trágica situación de un sector productivo clave y de alta absorción de mano de obra: "La primera medida tiene que ser el control del negocio ilegal, porque (…) lo que a EE.UU. los chinos le venden a US$6 dólares, al Perú le venden a US$0.60" (La República, 8.6.17). ¿Y los reguladores?

Paralelamente, no cesa de haber muertos y heridos en las carreteras y calles. ¿Alguien se acuerda de la política de Tolerancia Cero? ¿En qué quedó? Porque, según informa el Ministerio del Interior, entre 2011 y 2015, es decir, en solo cinco años, murieron más de 15 mil personas en accidentes. ¿Y el Ministerio de Transportes? ¿Y los órganos reguladores? ¿Y el brutal déficit de infraestructura vial?

A todo esto hay que sumarle una denuncia de Héctor Plate, presidente del Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios, que afecta también a los consumidores: "Pese a que el precio del gas licuado de petróleo bajó en 23% en lo que va del año, el del balón de gas se elevó en 0.7 por ciento" (RPP, 8.6.2017). ¿Y el organismo regulador? Viendo –y viviendo– el constante atropello anticonsumidor y anticiudadano, ¿alguien puede extrañarse del alto porcentaje de peruanos (Datum: 45.8%) que exigen una mayor y mejor presencia del Estado?