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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Como es natural, el interés nacional está concentrado en los escándalos de corrupción. Sin embargo, por más importantes que estos sean, el gobierno del presidente PPK no puede dejar fuera de su radar el manejo de las demandas sociales y los posibles conflictos que puedan desatarse. Porque, valgan verdades, un coctel que mezcle escándalos de corrupción con conflictos sociales podría colocar al gobierno en una situación excepcionalmente complicada.

El espacio de conflictos más sensible, por su importancia social y su impacto económico, es el llamado Corredor Sur Andino. A mediados de 2016, de esta zona se extrajo aproximadamente 65% de la producción nacional de cobre (considerando los cinco proyectos más relevantes). Asimismo, se calcula que en los próximos años la producción de este corredor representará entre 3% y 5% del PBI.

Hay tensiones acumuladas y fácilmente politizables: servicios públicos deficientes o inexistentes, pasivos ambientales agudizados por las polvaredas del transporte pesado, incremento de accidentes de tránsito, incumplimiento o lentitud de los sectores gubernamentales, y discutibles prácticas empresariales.

Son especialmente importantes Velille (distrito de Chumbivilcas, Cusco) y Espinar (también Cusco), zonas claves para la viabilidad del corredor minero Sur Andino. Honrar los compromisos del Ejecutivo es fundamental en ambos casos: en Velille, los proyectos de infraestructura productiva y social; y en Espinar, los 354 millones de soles necesarios para el afianzamiento hídrico, comprometidos en agosto de 2013, y los 1,200 millones de inversión comprometidos en la Mesa de Diálogo.

Al mismo tiempo, en estos momentos de relativa calma social, bien harían la PCM y el MEF en visibilizar el trabajo de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad. Esto le hará ganar legitimidad a una institución con responsabilidades sensibles, lo que le permitirá afrontar con autoridad los momentos difíciles. Salvo, claro, que la tecnocracia considere que son esfuerzos inútiles, lo que equivaldrá a resolver los conflictos por la vía del enfrentamiento o la represión.