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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Enrique Pasquel le sugiere a PPK que no cometa dos "errores": "enemistarse con el fujimorismo" y "casarse con la izquierda" (El Comercio, 18.4.2016). Lo primero, porque, de ganar, tendrá que llegar a acuerdos con FP en el Congreso; y lo segundo, porque el FA quiere "concesiones principalmente en temas económicos" que a él le parecen compromisos fatales. Por último, haciendo un desplante torero, asegura que incluso los "políticos y líderes de opinión de izquierda (…) el día de la elección se volverán pepekausas, pues él claramente es su mal menor".

Acierta a medias Pasquel, porque si bien PPK puede optar por no concederles nada a los "señores de la izquierda" a los que él se refiere, no estaría mal que, siempre y cuando quiera ganar las elecciones, se dirija a los peruanos del sur que han votado por mejores condiciones de vida que las que les está ofreciendo el actual modelo económico.

En este mismo sentido, sería un error de campaña que PPK no polarice al menos algo con Fujimori. Si no aprovecha el antivoto que ella suscita –y no solo entre los que marchan–, va a perder. Así de simple. No hay forma de que conquiste votos entre los fujimoristas.

En todo caso, el artículo de Pasquel consolida, desde el otro lado del espectro político, la posición de Verónika Mendoza: nada con los contendores de la segunda vuelta. Junto con eso, va a contracorriente del llamado de atención a VM que planteara El Comercio en su editorial del 15 de abril: "discursos confrontacionales como los que la ex candidata de FA sigue pronunciando en la derrota, van en la dirección opuesta a la apertura y el esfuerzo de acercamiento de todos los lados que el Perú necesita". Mario Ghibellini, otro columnista del mismo diario, emplaza a VM porque no reconoce que ha sido derrotada (Somos, 16.4.2016). Salvo las dos primeras mayorías, dice, lo demás "son matices de la derrota". No obstante, tan claro es que hay derrotas y "derrotas" que El Comercio le sigue dedicando editoriales y columnas de opinión para debilitar a la lideresa del FA como figura de la futura oposición.