(Minedu)
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La paralización de actividades que ha acarreado la defensa nacional para contrarrestar los efectos de la pandemia está, asimismo, afectando seriamente al sector Educación, pues, como se sabe, las clases escolares y universitarias se suspendieron totalmente a poco de haberse iniciado el año lectivo.

El presidente Martín Vizcarra graficó ayer el problema con claridad meridiana: “Las clases de los colegios se darán desde el lunes 6 de abril, pero obviamente no se van a poder hacer presencialmente, por lo que se realizarán de manera remota tanto en colegios públicos como privados. La propuesta es ambiciosa, va a haber oportunidad de mejorar la educación con tecnología, (aunque) vamos a tener problemas, pues no tenemos la infraestructura, pero con el esfuerzo de todos lo vamos a lograr”.

Más allá del optimismo presidencial, lo cierto es que la infraestructura representa un desafío que no se podrá sortear únicamente con buenas intenciones. Va a ser necesario capacitar aceleradamente a directores, profesores y personal administrativo de instituciones privadas y públicas, para que se familiaricen no solo con los recursos tecnológicos a los que se podrá acudir, sino también con metodologías que faciliten su uso y le saquen el máximo provecho a un ecosistema al que –por decirlo así– los educadores han sido arrojados sin una adecuada preparación.

Y el modelo educativo a distancia planteará otros desafíos –aparte de los que implicarán para los estudiantes y sus familias en cuanto a brecha tecnológica– que competen más bien a los proveedores de Internet, pues tendrán que ser incorporados prácticamente como socios de este proyecto, ya que su servicio deberá mejorar casi exponencialmente para estar a la altura de lo que la niñez y la juventud peruana necesitan.

Según el INEI, hasta 2018, solo el 52% de la población en el Perú tenía acceso a Internet, ello sin mencionar consistencia, ancho de banda o calidad de servicio. Nuestra geografía no facilita precisamente la conectividad en las regiones y los poblados más remotos, pero las dramáticas circunstancias que vive el país exigen darle un vuelco a esta situación.