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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Acabo de participar en Bruselas en la V Conferencia FTA (Future-Oriented Technology Analysis), que reunió a los más importantes prospectivistas y futuristas del mundo. Las conclusiones confirman que estamos viviendo en la "era de la tecnología consciente".

El consenso ha establecido como hito histórico el 2011 porque fue cuando la supercomputadora WATSON de la IBM superó a los dos mejores ganadores humanos del concurso de trivias Jeopardy de la televisión norteamericana, en el primer enfrentamiento entre humanos y la inteligencia artificial. En momentos en que se establece como gran meta nacional el ingreso del Perú a la OECD para el 2021, tenemos que entender que no se pueden diseñar planes estáticos pensando que el resto del mundo va a detenerse. Los demás países van a seguir avanzando sustentados en tres pilares: inteligencia artificial, computación cuántica e Internet de las cosas.

Tenemos que trabajar en esos campos. Una de las ventajas de los grandes cambios tecnológicos es que podemos avanzar dando saltos. Por ejemplo, el Perú puede ingresar a la computación cuántica adquiriendo, como primera medida, una supercomputadora de estas características, cuyo valor se halla entre US$10 y US$15 millones, dependiendo de cómo se negocie con D-Wave Systems, la empresa financiada por Amazon.com, la NASA y la CIA, que acaba de presentar su versión 2.0.

Nuestras universidades no pueden seguir enseñando computación "tradicional", basada en bits y bytes, cuando el mundo trabaja qubits y qubytes. Espero que alguna de ellas dé ese paso tecnológico. No esperemos que Chile sea el primero en comprar, para que después decidamos hacer lo mismo, como ocurrió con el satélite de observación terrestre.