notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Si aún quedaban dudas de la truculenta trama del caso Martín Belaunde Lossio (MBL), pues hoy quedan despejadas. Valgan verdades, cualquiera que haya seguido el paso del gobierno en lo que va del mandato conocía a los actores y las relaciones; pero, como sabemos, apenas saltaron las liebres (César Álvarez, 'La Centralita' y el caso Orellana, principalmente), nadie sabía nada de MBL. Al igual que esa famosa frase de los ochenta.

Pues bien, hoy sabemos que sabían, que estaban alertados, y que no hicieron nada por pararlo. Está el documento de la Fedtrumad, fechado en agosto del 2012 y firmado por nada menos que 16 organizaciones de base, en el que alertan al Gobierno Central (por la vía del gobernador y el Ministerio del Interior) de las actividades de MBL en Madre de Dios. El entonces gobernador Galindo remitió dicho documento a la PCM, presidida en esas fechas por Juan Jiménez Mayor.

No solo eso, según los testimonios del ex gobernador Galindo y el congresista Amado Romero, esto lo sabían en el vértice del poder central, tanto la primera dama como el presidente Humala.

Decir a estas alturas que el caso MBL corresponde al pasado nacionalista y que las corruptelas en las que estuvo inmerso pertenecen en exclusivo al ámbito regional es encubrir la verdad. El gobierno estuvo alertado, y tan alerta estaba que al gobernador Galindo se le removió del cargo justamente por la intervención de MBL.

¿Qué demuestra la denuncia que hoy publica Perú21 en concreto? Primero, que el gobierno estuvo alertado de la actividad, por lo menos en la región Madre de Dios, de MBL; segundo, que no se tomaron medidas concretas para limitar dicha actividad. Sostener que no conocían a MBL, a esas alturas, es inverosímil. Si la excusa es, como dijo el mandatario, que no lo veía desde el 2006, con mayor razón debieron abrir los ojos y exigir una investigación al minuto de conocer las denuncias. ¿Y ahora?