En este enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, hay responsabilidad de todos los lados. Y la verdad es que es una situación que costará no solo vidas, sino dinero a ambos países directamente confrontados, y que si no para, arrastrará a Europa y al resto de países, pues si allá tienen gripe, por acá al menos estornudaremos.
¿En qué nos perjudicarían si están tan lejos? Algo así preguntaron sobre el COVID-19, y de pronto llegó como si nada. El mundo cada vez más demuestra que es un pañuelo.
Señores, Rusia tiene el petróleo, nosotros lo importamos y ante enfrentamientos como el actual o el que pueda venir, los precios tienden a subir, y si sube, la gasolina se hará más cara y luego el transporte, con el que vienen nuestros alimentos de cada día, y del trigo que también importamos y con el que elaboramos pan, fideo, galletas, etc. Muchos entrarían en pánico y no solo se acabaría el papel higiénico, como ya ha pasado hace no mucho, sino que el dólar estaría escaso y por ende subiría su precio porque muchos querrán refugiarse en esa moneda ante un posible pánico y terror, que suele emerger desde el fondo de la falta de voluntad por conocer cómo manejar mejor nuestra economía. En un mundo que parece un péndulo, vamos de un lado a otro, entre etapas de bonanza a etapas de crisis, y así vamos viviendo los años, las décadas, la vida entera.
Hoy, al abrir la ventana vemos un conflicto bélico, terriblemente lamentable, y cuando entramos a casa, vemos una incertidumbre política que nos hace pensar: ¿cuándo aprenderemos de los errores del pasado, para evitar tropezar con la misma piedra? La idea es ir aprendiendo y fortaleciendo nuestros hogares y nuestras mentes, activos que nos servirán siempre. Hago una acotación para mencionar el taller Hogar a Prueba de Crisis (WhatsApp 951 127 300). Nos vemos aquí @dalireyes.prosperos.