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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Los periodistas, como los funcionarios públicos, nos debemos a los ciudadanos. Ambos dejamos de cumplir nuestra labor cuando vemos en el otro al "enemigo a batir".

Desde la publicación de extractos completos (sin editar) de la reunión entre el ministro de Economía, Alfredo Thorne, y el contralor Edgar Alarcón en los que se evidenciaba por lo menos solicitudes de promesas para desembolsos de fondos públicos, el MEF decidió convertir al mensajero en el "enemigo a batir", centró su defensa en la trayectoria del ministro, rubro que no era parte del debate, para evadir una respuesta clara al ciudadano, a quien se debe.

Nunca hubo una explicación de fondo sobre el verdadero alcance de sus palabras. El ministro Thorne y sus asesores optaron, como muchos, por la omisión y la distracción.

El titular del MEF perdió una valiosa semana en hacerse el verdadero dueño del sentido de sus palabras y explicar por qué dijo lo que dijo, qué lo llevó a convertirse en el vocero, de acuerdo con sus palabras, del presidente días antes de la evacuación de un Informe de Control sobre la adenda del aeropuerto de Chinchero, por qué ante una consulta sobre entrega de fondos, respondió que el presidente le mencionó: "Bueno, si el contralor te da su promesa, yo la firmo". Si el respeto a la institucionalidad viene añadido con la trayectoria, el ministro de Economía nos ha decepcionado.

La estrategia de los asesores del MEF tomó otro camino: periplos buscando periodistas amigos para posicionar la mentira de la "edición", Thorne exigiendo una falsa conversación de una hora de duración. Todo ha quedado desbaratado; no porque Thorne sea un "enemigo a batir", sino porque los ciudadanos, a quienes nos debemos, no pueden ignorar lo que dos altos funcionarios públicos conversan. La grabación será siempre condenable. ¿Lo evidenciado en ese audio limpia a un contralor que nada en denuncias? Para nada.