La congresista Rosa Bartra, de Fuerza Popular, recordó que el Consejo Directivo decidió enviar a la comisión que ella preside el fallo del TC. (Foto: GEC)
La congresista Rosa Bartra, de Fuerza Popular, recordó que el Consejo Directivo decidió enviar a la comisión que ella preside el fallo del TC. (Foto: GEC)

Los fujimoristas en el Congreso no pueden con su genio, ahora se pelean entre ellos. Rosa Bartra, presidenta de la Comisión de Constitución, y Carlos Tubino, vocero de Fuerza Popular, salieron con la espada desenvainada directo a la yugular de Daniel Salaverry, diciéndole inclusive que actuó fuera de sus atribuciones. Todo a raíz de que el miércoles él, como presidente del Congreso, ordenó a la Oficialía Mayor aceptar la inscripción de nuevas bancadas, en acatamiento de una sentencia del Tribunal Constitucional.

El fallo del TC, dictado el 16 de julio último, permite la existencia de bancadas mixtas; es decir, que los parlamentarios pueden formar nuevas bancadas con sus respectivas prerrogativas y derechos, distintas a las de los partidos políticos con los que fueron elegidos, siempre y cuando hubieran renunciado por razones de conciencia.

Pasaron cinco meses de esa sentencia, la Comisión de Constitución, requerida para emitir una opinión, nunca presentó su informe y Salaverry tomó cartas en el asunto, lo que le ha valido los destemplados reclamos de sus colegas, quienes han sido secundados por el Partido Aprista y Alianza por el Progreso.

Las nuevas bancadas Cambio 21 (de los fujimoristas de Kenji) y Bancada Liberal (que agrupa a Lombardi, Costa, De Belaunde, Petrozzi y Zeballos) de inmediato fueron a registrarse. Obviamente, ello no le gustó a la fuerza número uno que cada vez se ve más afectada, y tampoco a sus aliados. El hecho obliga a una recomposición de las comisiones de trabajo y cambia el juego político en el Legislativo.

Salaverry está con licencia partidaria desde octubre para ejercer con imparcialidad la presidencia del Congreso que asumió en julio. Ello se produjo en momentos críticos para el partido fujimorista, cuando Francesco Petrozzi se apartó acusándolos de sectarios y de manejos verticales, después se filtró el controvertido chat La Botica, luego Keiko Fujimori reconoció que su bancada cometió “errores políticos” y se anunció cambios y nuevas vocerías.

Todo ello, teniendo como gran marco el escándalo de los audios de la corrupción en el Poder Judicial, las investigaciones por el caso Cocteles y los aportes de Odebrecht a la campaña de Keiko Fujimori en 2011.

Desde entonces, hemos visto a un Salaverry esforzándose por tender puentes con el Ejecutivo y distanciándose, sin disimulo, del estilo anaranjado. Ayer dijo que a él nadie lo amenaza. FP y sus aliados podrían intentar sancionarlo y sacarlo de la Mesa Directiva, por una supuesta infracción constitucional.

Tal parece ser la misión que encabeza Bartra ahora que ve que Salaverry ya no es de los suyos.

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