El riesgo de Las Bambas

En la reunión que se realizará en Challhuahuacho el próximo 16 de abril, se planificará la organización de nueve mesas técnicas (Foto: PCM)

Tal como lo sugerimos en esta columna, finalmente, el presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, lideró el equipo gubernamental que llegó esta semana a la zona del conflicto sobre la mina Las Bambas. El estadio de Molinopampa, en Challhuahuacho, fue el escenario de un inquietante acuerdo —aunque no decisivo— entre el gobierno y los comuneros de Cotabambas. Se reconoce el gran riesgo que corrió Del Solar para validar lo firmado en Lima. Gregorio Rojas, el díscolo representante de Fuerabamba, no tuvo empacho en decir que lo suscribió «por presión».

Con la cancha desigual, el premier apechugó y consiguió —digamos— una tregua; no es que resolvió el conflicto y todo cambió. Logró, sí, el desbloqueo de las vías a cambio de levantar estados de emergencia; los de hoy y los del futuro. Esto lo dice uno de los nueve puntos de la agenda que el gobierno se compromete a cumplir con las comunidades. Otro acuerdo es archivar denuncias contra sus dirigentes; el vicepresidente Edison Vargas pidió libertad para los Chávez Sotelo. Preocupa que se haya puesto en el papel que las comunidades intervengan sobre cambios en las gerencias de MMG. ¿No es una empresa privada, capaz de decidir eso en un directorio?

Desde ayer los camiones con el mineral transitan el corredor minero. Será hasta que lo permitan las comunidades. Estos dos meses todos hablamos de Las Bambas, menos Las Bambas; solo tibios comunicados en diarios limeños. MMG nunca nos mostró la mina por dentro. Fuentes revelan que sus funcionarios fueron a Palacio a comunicar el cierre de la mina. Palacio les habría convencido de que desistan, a cambio de grandes anuncios de Del Solar en el Congreso. Ya sabemos lo que pasó. Sí, el gobierno sienta con Las Bambas un precedente que coloca en grave riesgo a la inversión minera en el Perú.

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