Por tercera vez, en lo que va del gobierno de Castillo, la empresa Las Bambas anuncia –en la Bolsa de Hong Kong– la suspensión de sus operaciones en Apurímac, a consecuencia de los conflictos sociales no atendidos por el gobierno.
Esto es inconcebible en un contexto de precios altos de los minerales, sobre todo del cobre, que ha llegado a superar los diez mil dólares la tonelada en la Bolsa de Londres. Es inconcebible porque es una gran oportunidad para generar excedentes en los ingresos fiscales y poder recuperarnos de los efectos de la pandemia. Pero con este gobierno ha sido todo al revés. No solo estamos perdiendo el grado de inversión como país, sino que están petardeando los proyectos mineros encaminados como Las Bambas o Cuajone, actualmente paralizados.
Aquí el responsable directo es el gobierno de Castillo y sus jefes de gabinete, desde Bellido, Mirtha Vasquez y Torres, que han sido incapaces de gestionar los conflictos sociales y, al contrario, se han encargado de exacerbar las emociones y soliviantar a las masas con ofrecimientos demagógicos de supuestas reivindicaciones.
El problema en Las Bambas ahora es con Fuerabamba, que fue reasentada para que se inicie la explotación minera en sus terrenos comunales y, por ello, reclaman el cumplimiento del compendio de acuerdos firmados en un convenio marco en 2011.
La mayoría de los compromisos han sido atendidos (54% atendidos y 25% en ejecución), pero la comunidad percibe que hay acuerdos pendientes y esto ha generado discrepancias, sumado al crecimiento demográfico y los problemas de titulación de las tierras de Nueva Fuerabamba (reclamadas por las comunidades de Chila y Choaquere).
Lo indignante es la falta de diligencia del gobierno, que el 30 de marzo recibió la comunicación formal del presidente comunal de Fuerabamba para que se atiendan sus demandas. Torres no hizo absolutamente nada y ahora tenemos activado nuevamente el conflicto social en Las Bambas.