'Julio Chapo’ cayó gracias al trabajo de inteligencia desplegado en la zona. (Mindef)
'Julio Chapo’ cayó gracias al trabajo de inteligencia desplegado en la zona. (Mindef)

La captura de ‘Julio Chapo’, mando militar de Sendero Luminoso, ahora conocido como Militarizado Partido Comunista del Perú, que tiene a los hermanos Quispe Palomino como cabecillas, es un golpe duro a lo que queda de esta organización criminal, que en ciertas zonas altas Vraem todavía campea a sus anchas.

El sujeto, cuyo nombre podría ser Hugo Sixto Campos Córdova, fue capturado sin oponer resistencia en uno de sus escondites del distrito de Chinchihuasi, provincia de Churcapampa, en la región de Huancavelica. Si bien a la mayoría de nuestros lectores los nombres de estos lugares les sonarán remotos, lo cierto es que se trata de puntos estratégicos donde las fuerzas de élite del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, apoyadas por grupos especiales de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) y otros organismos de inteligencia policial, como la Dirección Antidrogas (Dirandro), han retomado la ofensiva contra esta banda sediciosa, que ha seguido actuando con relativa impunidad gracias a su colusión con el narcotráfico.

Campos Córdova habría sido el líder la columna senderista que venía realizando reglajes y asesinatos selectivos en los caseríos de la zona. Se le sindica también como estratega y ejecutor de no pocas emboscadas a patrullas del ejército y la policía, entre ellas el atentado en Santo Domingo de Acobamba (2016), antes de las elecciones, cuando cayeron bajo sus balas y explosivos a ocho soldados y dos civiles.

La captura seguramente menoscabará la moral y la imagen de los delincuentes en la región, ya que, como han adelantado expertos en el tema, representa un golpe de autoridad en este difícil territorio. La población vivía permanentemente amenazada por SL, pero el miedo parece estar cediendo y, a medida que las fuerzas de seguridad se ganen su confianza, lograrán que se decante en sentido contrario, con lo que minarían las bases sociales y la influencia de la organización terrorista.

El trabajo de inteligencia –una captura estratégica sin derramamiento de sangre es la más clara demostración de ello– está rindiendo frutos otra vez. Que no se tuerza el camino.

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