Retablo, la película

Excelentes actuaciones de Magaly Solier, madura, sólida, redonda, y los protagonistas masculinos Junior Béjar Roca, quien desempeña el rol de hijo de Segundo Páucar, protagonizado por Amiel Cayo, son la base de una película peruana que tiene muy merecidos los veinticinco premios internacionales que ha conseguido.

Esta película hecha en quechua cuenta la historia de un maestro retablista que le transmite a su hijo el arte de hacer retablos. En un Ayacucho rural y profundamente conservador, el padre vive su homosexualidad clandestinamente. El drama de las personas LGTBI en el mundo rural peruano se vive en una profunda soledad y frente a amenazas concretas de violencia y expresiones extremas: se conocen castigos como azotes, poner ají en los genitales, violaciones y otras atrocidades.

Mientras en Lima y otras ciudades peruanas se construye el camino hacia el respeto de las diversidades, tenemos esta lacerante realidad en comunidades campesinas y nativas que se resisten a cambiar. En el Convenio 169 de la OIT se señala que el límite del derecho consuetudinario son los derechos humanos. El activismo citadino LGTBI tiene mucho que hacer en sensibilización y difusión de los derechos en las comunidades.

La dirección de Álvaro Delgado Aparicio es sobria y conmovedora, la fotografía de Eduardo Bassino genera un interesante contraste entre belleza y dolor, todo gracias a una impecable producción de Enid ‘Pinky’ Campos.

Recomiendo enfáticamente ir al cine a partir del 16 de mayo a ver esta tiernísima historia que demuestra que el amor entre padres e hijos triunfa a pesar de todo prejuicio. En Retablo veremos una estética estupendamente lograda, una historia para la reflexión y una gran conmoción, como la que dejó al auditorio en un profundo y solemne silencio que llenó la sala de respeto y admiración.

¡Felicitaciones!