Pleno aprobó otorgar facultades legislativas a la Comisión Permanente hasta julio. (GEC)
Pleno aprobó otorgar facultades legislativas a la Comisión Permanente hasta julio. (GEC)

El dramaturgo irlandés Bernard Shaw decía que, a los políticos y a los pañales había que cambiarlos constantemente y por los mismos motivos. Y, en el Perú, hemos sido testigos de la veracidad de aquella frase.

Desde 1979, el Congreso se renueva íntegramente el mismo día que se elige al nuevo presidente de la República. Aquello fue establecido pensando en que el ganador de la elección presidencial obtendría la mayoría y no se repetiría la crisis que sucedió en el primer gobierno de Belaunde, quien no obtuvo la mayoría en ninguna cámara. Sin embargo, como se ha visto, aquello no ha servido para brindarle mayor gobernabilidad al presidente, sino como un arma de doble filo en la que existe el riesgo de que un grupo irresponsable obtenga la mayoría y la mantenga durante todo el gobierno sin posibilidad de cambio.

Por ello, el periodo congresal debería ser reducido a la mitad del periodo presidencial y ser renovado por mitades y no íntegramente; para que así, si un presidente no obtuvo la mayoría en su elección y está realizando un buen trabajo, la población le pueda otorgar la mayoría parlamentaria a la mitad de su gestión; o también se la puede quitar en caso de no estar cumpliendo con las expectativas. Aquello no solo ayudaría a renovar el Congreso constantemente y evitar crisis que duran casi cinco años como la actual, sino que fomentaría que los partidos políticos se encuentren en constante renovación e interacción con los ciudadanos; porque, cada dos años y medio, tendrían que elegir 65 candidatos al Congreso en diferentes regiones y no 130 cada cinco años, como en la actualidad.

Las propuestas de la comisión Tuesta son buenas y novedosas; sin embargo, con una renovación parlamentaria por mitades cada dos años y medio, se podría complementar aquella gran reforma.

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