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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La semana pasada inicié una serie de artículos sobre la urgencia de una reforma política y electoral. Dados los problemas de gestión y el control de recursos, así como la creciente desarticulación política y dispersión electoral, empecé proponiendo la reducción significativa del número de regiones y municipios con criterios técnicos e incentivos políticos. Avanzo ahora con dos más, igualmente importantes y difíciles de implementar, pero necesarias. ¡A grandes males, grandes remedios!

2.- Carrera política. Hay que frenar el ingreso de aventureros a cualquier función pública en busca de un botín o de personas, sin ninguna experiencia de gestión, que asumen responsabilidades complejas sin tener preparación. Propongo un requisito adicional para postular a cargos públicos de elección popular. Para ser alcalde distrital se debe haber sido antes, al menos, regidor distrital. Para ser alcalde provincial, haber sido alcalde distrital o regidor provincial. Para ser presidente regional, haber sido alcalde provincial o ejercido un alto cargo estatal de nivel regional. En el caso de los congresistas, haber ejercido antes otro cargo de elección popular o desempeñado una función pública importante. Los candidatos a la presidencia deberán haber sido elegidos antes, sea como congresistas o presidentes regionales o haber ejercido algún alto cargo en el Estado. Al menos así sabríamos mejor por quiénes votamos, cómo se desempeñaron en sus cargos y, de otro lado, impediríamos que gente sin ninguna experiencia llegue para aprender en funciones.

3.- Fin de partidos políticos regionales y locales. En realidad lo único que han logrado es aumentar la fragmentación del país, produciendo movimientos en su mayoría efímeros al servicio de un caudillo. Sin duda esto tendría que venir de la mano un cambio radical de los partidos nacionales que garantice que sean efectivamente representativos de las regiones, provincias y distritos, tema sobre el que volveré en la tercera entrega.