Menos tráfico. Camiones generan embotellamiento en calles de Lima. (USI)
Menos tráfico. Camiones generan embotellamiento en calles de Lima. (USI)

Después de años, desde cuando fui regidor, volví a involucrarme en el transporte urbano. Sabía que nuestro alcalde favorito había hecho de las suyas, ya que dos de los actores más serios de la reforma del transporte habían salido del corredor de Javier Prado. Acabo de reparar en que los corredores complementarios seguramente ya no se licitarán hasta que Dios libre a Lima de Su Eminencia.

PPK propuso un proyecto de ley para crear una autoridad para el transporte en Lima y Callao. Así coordinarán los gobiernos central, de Lima y del Callao. En cristiano, Callao no autorizará rutas que entran en Lima, mientras evita el camino inverso. Rutas autorizadas por Callao entraron a la Vía Expresa Grau cundo fui regidor, zurrándose en quienes habían invertido en buses, patios y sistemas. Lo mismo ocurre cuando ambas munis autorizan rutas que se superponen a otras. Las “autoridades” municipales tienen licencia para matar las millones de horas que perdemos en el transporte público. El Gobierno no se queda atrás.

Cambió la ruta del metro sin que Lima lo supiera. Estudia las rutas, una por una. No recurre a asesorías integrales: a veces recurre a buenas empresas de ingeniería, pero no tiene buenos estudios de demanda.

El Gobierno y el Congreso tienen que priorizar el proyecto. El Gobierno tiene que recurrir a asesores integrales de primer nivel mundial para diseñar y administrar la reforma. No sé por qué no les parece obvio que esta reforma sería un verdadero legado.

Es evidente que habría un boom de inversión en buses modernos, incluyendo algunos eléctricos (tema sobre el que expongo mi interés ya que asesoro a un actor global que empezó a operar acá). Y habrá un boom de inversión en metros, el periférico, quizá un tranvía, y trenes de cercanías. Los habitantes de Lima no sabremos qué hacer con tanto tiempo ahorrado.
Depende de ustedes, PPK y Keiko.

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