Martín Vizcarra se refirió a un eventual cierre del Congreso. Legisladores dijeron que es "inconstitucional". (Foto: GEC)
Martín Vizcarra se refirió a un eventual cierre del Congreso. Legisladores dijeron que es "inconstitucional". (Foto: GEC)

Las reformas políticas, bien pensadas y llevadas a la práctica, son –qué duda cabe– necesarias para darle mayor solvencia a nuestro sistema institucional y democrático; sin embargo, en las últimas semanas he escuchado con demasiada frecuencia a autoridades del Poder Ejecutivo afirmar algo que me llama sobremanera la atención: se dice que las reformas políticas calentarán la economía.

No pretendo así señalar que las reformas políticas no sean urgentes o necesarias, pero la economía está parada porque no hay inversión y, por tanto, no se está celebrando la cantidad espontánea y necesaria de transacciones entre oferta y demanda que generan la riqueza que tanto necesitamos para retomar la senda del crecimiento.

Entiendo que en política es harto común exagerar algunas cosas e inflar algunas causalidades, pero este asunto es precisamente sensible. Si una crítica se le puede endilgar con justicia al presidente Vizcarra, es que no ha hecho mucho por darles celeridad y brío a los “espíritus animales” de la inversión para invertir y generar más trabajo formal, más confianza y sobre todo más competitividad.

Así, sería interesante que el presidente o el ministro de Economía nos expliquen cómo así la reforma en el sistema político en seis asuntos puntuales va a llevarnos a crecer 5% anualmente. Digo, porque si es así, hagamos 12 reformas en vez y crezcamos 10%.

Nadie dice que todo está perdido. Pero sí es importante echar el coche a andar. A este paso pareciese que el Ejecutivo está esperando encontrar un árbol lleno de dinero con el que pueda reactivar la economía. Recordémosle entonces al gobierno que ese árbol se llama libre mercado y que es producto de una decisión política.