Difícil no comentar los resultados de las elecciones. Los votantes nos han dejado un Congreso fragmentado con casi 10 bancadas, en el que el partido mayoritario tendrá menos del 20% de congresistas y, por lo tanto, todos tendrán que buscar consensos para armar la Mesa Directiva, conformar las comisiones y acordar la agenda legislativa.

Este Congreso enfrentará dos grandes tareas: consolidar la reforma política y electoral para que las nuevas leyes apliquen en los siguientes comicios y pronunciarse sobre la gran cantidad de decretos de urgencia del Gobierno, muchos de los cuales requieren correcciones. También necesitarán consensos para esto, lo que no será fácil por el gran número de bancadas y posiciones radicales de algunas.

Es evidente que el Perú es un país con mucha diversidad, donde ciudadanos de distintas regiones piensan y votan en forma diferente. Los peruanos vemos al país desde ópticas variadas. Lo mismo ocurre con sus creencias sobre cuáles son las soluciones a los problemas. Lima está subrepresentada en el Congreso si consideramos el número de legisladores que elige y el porcentaje de su población sobre el total. Por eso los limeños generalmente acabamos en shock cuando vemos los resultados. El análisis del voto por regiones será muy interesante y algunos partidos deberán afinar su estrategia para no perder su inscripción en la próxima elección. Ser fuerte en Lima no alcanza.

Este Congreso tampoco logrará consensos para hacer grandes cambios constitucionales o una gran reforma. Esto puede tranquilizar a algunos, pero también vaticina un año más que perdemos por no implementar las reformas que necesitamos para aumentar nuestra productividad y crecer más rápido.

TAGS RELACIONADOS