Vizcarra también respondió a las críticas a sus proyectos para convocar a referéndum. (Presidencia)
Vizcarra también respondió a las críticas a sus proyectos para convocar a referéndum. (Presidencia)

Nadie nos preguntó si queríamos referéndum o no. Fue una iniciativa del Ejecutivo, personalísima, que tiene un beneficio político, como es natural. Los bajos números crearon una desesperación por levantar la popularidad. Muchos observan que el presidente Vizcarra ha retomado el discurso de PPK, dicho en argot macho: ‘pechar’ al Congreso. Enfrentarse, devaluarlo y eventualmente ¿disolverlo?

Ayer, el presidente lanzó otra vez temerarias, ácidas y repetitivas críticas contra el Parlamento por su lentitud en procesar las acusaciones constitucionales, específicamente contra el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, a quien rapapolveó por no dar un paso al costado como ocurrió en el Poder Judicial. Todo juicio tiene su proceso, a las patadas no se sanciona. Días atrás también arremetió contra el Parlamento por demorar el trámite de los proyectos de reforma constitucional y legal.

Al asumir el mando, Vizcarra ofreció unir a los peruanos. ¿Le reconforta que el 63% no crea en ningún político? Hoy se jura el ventrílocuo del pueblo, asesorado nuevamente por el publicista argentino que condujo la campaña de PPK, cuando se ganó “raspando”. El crecimiento de 4%, gracias a la minería, es un mullido colchón para lanzarse a la peligrosa piscina del populismo.

Soslaya el presidente que no fue elegido por el pueblo. Heredó una crisis política tremebunda, absuelta con responsabilidad nacional. La generaron los vínculos de PPK con Odebrecht y sus mentiras al respecto. El ex presidente cayó porque quiso comprar conciencias con ofrecimientos públicos, evidenciado en unos videos. Hechos bastante bochornosos que aún no son sancionados.

Nunca hemos escuchado alguna crítica del presidente sobre esos hechos. Ni una palabra, ni una reforma, ni un proyecto. Vizcarra tiene el torcido caso Chinchero en su trayectoria, además de varias denuncias por su gestión regional. Pero parece ver en el fiscal de la Nación el nódulo de la terrible corrupción del país, que por cierto está en el Ejecutivo, en la Policía, en el Vraem… no tenemos espacio para inventariarla.

Saber que esta Fiscalía investigará con transparencia el caso Lava Jato (PPK, Humala, Toledo, García, K. Fujimori, Villarán) nos da esperanzas. Parece que al presidente no. Muchos quieren también que la Fiscalía se ocupe de este carnaval de audios, indicando un desgobierno institucional.

Quienes quieren ser la moral con patas la tienen bastante magullada. ¿Confiaba el ciudadano en el fiscal anterior? ¿Confía en el letargo de la reconstrucción del norte?

Detallaba un versado amigo cómo cada día de la Revolución francesa Robespierre cortó testas por doquier, también cómo terminó acusado de corrupción y guillotinado. La historia enseña.