RBG: Ícono norteamericano
RBG: Ícono norteamericano

Pocas mujeres han impactado la vida y política norteamericana como Ruth Bader Ginsburg (RBG), emblemática jueza de la Corte Suprema de EE.UU. que falleció el viernes a los 87 años cuando continuaba en funciones.

Habiendo experimentado en carne propia la discriminación cuando se abría paso como abogada en un medio profesional dominado por hombres, RBG tomó la equidad de género como una bandera que guiaría su carrera profesional durante seis décadas. Su capacidad intelectual, su tenacidad y su arrolladora personalidad la llevaron a triunfar como abogada en la defensa de causas de interés nacional, y luego la convirtieron en la segunda mujer en la historia en ocupar un sitio en la más alta corte de Estados Unidos.

Durante sus casi tres décadas en la Corte Suprema, RBG fue la impulsora de sentencias decisivas para la equidad de género. Así, por ejemplo, en 1996 consiguió que se declare inconstitucional la absurda prohibición al ingreso de mujeres a institutos militares. Fue también una ardua defensora de los derechos de las minorías sexuales y, como tal, fue la voz cantante en la sentencia de 2015 que declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en EE.UU.

Además de su trascendencia en la defensa de derechos fundamentales, hacia el final de su carrera RBG se convirtió en un ícono pop y hasta en una “influencer” de la juventud, algo insospechado para una abogada octogenaria. Su manera de vestir, hablar y su rutina diaria de ejercicios a los ochenta años causaban una fascinación que trascendía a la política.

La partida de RBG ha desatado una batalla que dominará el debate político de EE.UU. en las próximas semanas, pues es responsabilidad del presidente proponer a su sucesora o sucesor en la corte. Esta es quizás la prerrogativa más trascendente de un mandatario, puesto que el encargo de un juez supremo es de por vida. ¿Debería Trump tomar esta decisión cuando estamos a seis semanas de una elección que muy probablemente pondrá fin a su presidencia?

Un candidato de Trump sin duda consolidaría una mayoría marcadamente conservadora en la corte que podría perdurar décadas, y que sin duda revertiría muchos de los avances en materia de derechos civiles y libertades individuales alcanzados en la última década. Una decisión tan fundamental no debe darse en un contexto electoral.

Días antes de su muerte, RBG dijo a su nieta: “Mi deseo más ferviente es no ser reemplazada hasta que un nuevo presidente haya sido instalado”. Esperemos que el Partido Republicano actúe con seriedad y no ceda, una vez más, a los díscolos impulsos del presidente Trump.

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