Querido, Papá Noel:

Son muchos años desde la última vez que te escribí y pese a que el tiempo borra mitos y creencias, hoy regreso a ti y no para pedirte un carrito, unos soldaditos o una ilusión que se quedó en el camino entre nuestro “eficiente” servicio postal y tu casa polar.

Esta Navidad será muy dura para millones de peruanos pues la pandemia les ha arrebatado a sus familiares, sus trabajos y la ilusión de un futuro mejor. Pero tampoco te pido por ellos, pues son guerreros y sabrán reponerse a los golpes recibidos y a la reiterada incapacidad del Estado.

Mi lista es corta pero retadora, incluso para ti que estás lleno de magia.

- Al presidente Sagasti: tráele coraje, sabiduría y decisión para hacer frente a esta crisis generalizada y reconduzca al país para alejarlo del despeñadero al que nos conduce él y sus antecesores.

- A los ministros de sectores productivos: un frasco de carácter para que asuman sus carteras e impulsen inversión; de lo contrario, altas dosis de “chiquitolina”.

- A los congresistas: mesura y mucho Rivotril. Así, si la primera es insuficiente para frenar sus ímpetus populistas y mamarrachos normativos, la segunda nos garantiza tenerlos adormecidos. Cuando duermen no hacen daño. A falta de Rivotril buena es la mosca Tse-Tse.

- A los candidatos (salvo a uno): libros básicos de economía. Sugerencia: “Economía para Principiantes”. A 30 soles el libro, es una ganga. Si no alcanza el presupuesto, hacemos una “frejolada” y esta sí que se llena, te lo garantizo.

- A los peruanos: una fuerte dosis de claridad para que en estas elecciones escojamos bien por primera vez.

- A Vizcarra: preséntale a la verdad.

Con todo cariño,

Anthony.