Esta mañana, el presidente Martín Vizcarra, anunció la convocatoria de un referéndum para discutir el retorno a la bicameralidad y la reelección de congresistas. (Foto: Presidencia de la República)
Esta mañana, el presidente Martín Vizcarra, anunció la convocatoria de un referéndum para discutir el retorno a la bicameralidad y la reelección de congresistas. (Foto: Presidencia de la República)

Digamos que, después de las dosis diarias de audios que evidencian la corrupción del Poder Judicial (PJ), la ciudadanía casi dictaba al presidente lo que esperaba escuchar en su discurso. Y él entregó uno que reemplazó el “que todos se vayan (incluyendo congresistas)” por el compromiso de emprender la reforma del PJ y un referéndum para decidir si debiera o no haber reelección congresal.

El referéndum deberá antes ser aceptado por el Congreso, que ha sabido esquivar todos los reclamos de la ciudadanía. Así que, salvo presión de esta, lo que se votaría sería una opción sub-óptima, como renovación por tercios que nos mantendrá en campaña todo el año. Sin embargo, excepto por los afectados, los anuncios políticos fueron aplaudidos.

Consecuente con los recientes anuncios, la bienvenida a la inversión minera marca una diferencia crucial y positiva respecto al letargo que derivó de la campaña de Humala (agua sí, oro no) en todo su gobierno y cuyos efectos se han arrastrado hasta ahora.

Preocupa, sin embargo, la obsesión por transferir dinero y responsabilidades a gobiernos subnacionales que no han demostrado que saben usarlos. Y la impresión es que, de vez en cuando, el presidente de Moquegua reemplaza al presidente de la República.

Y, así, tampoco es suficiente realizar actividades para que los objetivos se alcancen. Dar hierro no garantiza que la anemia se reduzca ni remodelar hospitales que la salud mejore. Pero es un buen comienzo.